jueves, 30 de octubre de 2014

EN CONCRETO...

Laura Itzel Castillo
Lacayo del imperio

El pasado mes de octubre el presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró que la llamada Alianza del Pacífico conformada por México, Chile, Perú y Colombia, promueve la privatización de los servicios básicos y por consiguiente la entrega de los recursos a los Estados Unidos. 

En ese contexto, llamó a los presidentes de estas cuatro naciones “lacayos del imperio”. 

Ese es el adjetivo que utilizó para nombrar a Enrique Peña Nieto, Michelle Bachelet, Ollanta Humala y Juan Manuel Santos, por conformar este frente. 

En una entrevista concedida al periódico chileno La Tercera, poco después de saber de los resultados electorales que le dieron el triunfo con más de 60% de la votación, que muestra el indiscutible respaldo popular que tiene su gobierno, criticó duramente a los mandatarios latinoamericanos. 

En dicho encuentro, realizado en el Palacio Quemado, en el salón de los Espejos, donde luce en una de las paredes un mapa del año de 1859, cuando Bolivia tenía mar. “Patria sí, colonia no”, “Mar para Bolivia” han sido las consignas que ha coreado durante años el pueblo. 

Al periodista Alejandro Tapia, Evo Morales le dijo que los cuatro integrantes de dicha alianza “miran a Obama como si fuera la gran cosa”. Yo diría que realmente en el caso de nuestro país, para Enrique Peña Nieto, Barack Obama representa más que una “gran cosa”, realmente parece considerarlo su patrón. 

En la actualidad existen varias organizaciones internacionales en América Latina, por ejemplo, la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), así como también la integración promovida por Cuba, denominada Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América). 

Sin embargo, dijo Evo, que sorpresivamente aparece esta alianza de cuatro países, cuyos objetivos son meramente mercantilistas y privatizadores, a diferencia del Alba y el Unasur, donde se propone el comercio complementario y la solidaridad mediante una visión regional con el objeto de fortalecer la soberanía. 

En México, cada día hay más voces que piden la salida de Enrique Peña Nieto, incluso coinciden diversos analistas a nivel mundial, que al mandatario mexicano se le cayó la imagen construida a partir del pacto por México y las reformas estructurales. 

Con los acontecimientos recientes, “México se desangra” como escribió Elenita Poniatowska. Y para infortunio de la sociedad, la consigna que hace años coreamos desde la oposición durante la guerra sucia, regresa con más fuerza: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

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