ENVIADO A VAXTUXPAN…
… semana tras semana el maestro Luis Ramón Carazo del ITAM a través de su eficiente asistente (la Srita. Ma. Elenea), me incluye en su lista de envíos y, me comparte sus colaboraciones (artículos) que publican medios de comunicación. Para el caso de su siguiente reflexión, el periódico Reforma.
El maestro Carazo, además de talentoso y profesional, es una persona poseedora de una mente preclara y de una alegría espontánea desbordante. Yo en lo particular he disfrutado mucho su cátedra, cuando he tenido oportunidad.
… les comparto su reflexión ‘La larga distancia’, con el deseo la disfruten tanto o más como yo lo he hecho.
Shalom.
Fernando Morales Rocha
Correr la distancia del maratón implica buscar la meta de concluir la distancia de 42 kilómetros y 195 metros.
El poeta inglés Robert Browing decía que la carrera está ligada con la victoria sobre uno mismo y con la muerte, recordando que de los llanos de Maratón en la antigua Grecia, muchos años antes del Mesías, salió disparado Filípides para anunciar la victoria de los atenienses sobre los persas. "Hemos vencido", dijo, para fallecer a los pocos segundos.
La metáfora de la extenuante distancia sirve para reflexionar en aquellas personas que a unos pocos días de cerrar 2014 siguen acumulando kilómetros de vida y logros en el transcurrir de sus días y que han tenido la oportunidad de -coloquialmente hablando- trotar hasta los ochenta o más años de existencia.
Los vemos trabajar, educarse y continuar aportando a una sociedad que les debe un reconocimiento a su férrea disposición. Me refiero a los muchos que conocemos que nos rebasan y siguen siendo entusiastas continuadores de su existir.
Por un lado, la demanda de la sucesión es sana, pues los más jóvenes requieren la estafeta para continuar o modificar el camino trazado por las generaciones anteriores. Sin embargo, aunque es difícil pedirle a un maratonista que abandone la carrera, sí es recomendable tomar como parte del lograr la meta y ordenar la sucesión para existir más tranquilo.
Para dar una idea de lo que estoy pensando, traigo a colación al gran médico inglés que radica en Estados Unidos, Oliver Sacks, profesor clínico de neurología en la Escuela de Medicina Albert Einstein y profesor adjunto de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. Él asiste a varias organizaciones caritativas y además ha escrito varios libros, entre otros uno autobiográfico relacionado con el tratamiento del mal de Parkinson con una sustancia conocida como L-dopa: "Despertares" (título en español), que se convirtió en guion para una película de los 90 que le valió la nominación a un Óscar a Robert De Niro y un gran reconocimiento al recién fallecido Robin Williams.
Pues bien: el doctor Sacks, cuando cumplió los 80, reflexionó sobre el paso de la existencia en el mucho o poco tiempo que nos toca transitar en este mundo. Entre otros conceptos, recabo algunos fragmentos de su pensamiento:
"Siento haber perdido (y seguir perdiendo) tanto tiempo; siento ser tan angustiosamente tímido a los 80 como lo era a los 20; siento no hablar más idiomas que mi lengua materna y no haber viajado ni haber experimentado otras culturas más ampliamente".
"Siento que debería estar intentando completar mi vida, signifique lo que signifique eso de "completar una vida".
"Cuando me llegue la hora, espero poder morir en plena acción, como a un colega científico que, cuando le dijeron a los 85 años que tenía un cáncer mortal, miró al techo y pronunció: 'todo lo que tiene un principio tiene que tener un final' y procedió a seguir pensando en lo que le tenía ocupado, segundos antes de morir: a los 88 seguía completamente entregado a su trabajo más creativo".
Elucubra Sacks: "no pienso en la vejez como en una época cada vez más penosa que tenemos que soportar de la mejor manera posible, sino en una época de ocio y libertad, liberados de las urgencias artificiosas de días pasados, libres para explorar lo que deseemos y para unir las emociones de toda una vida. Tengo ganas de tener 80 años".
Saludo a mi mamá Lolita que continúa enfrascada en sus clases de la Universidad de la Tercera Edad y muy en especial a una querida pareja de ochenteros muy admirados, que ejecutan con la serenidad de lo logrado en su productiva vida y van con su hacha por lo que siga a futuro, dándonos lecciones de vigor a diario.
A todos, Feliz Janucáh y saludable año 2015.
Luis Ramón Carazo es profesor de asignatura del ITAM, consultor y consejero de empresas.
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