Sapos y Alacranes
Por Orlando Segura Hervert.
Imagen: Redes Sociales
El alcoholismo es un problema de salud pública, una terrible enfermedad que causa enormes daños a la familia y a la sociedad. Los alcohólicos no se dan cuenta que tienen problemas con su forma de beber, piensan que ellos dominan la bebida y que son bebedores sociales. Sin embargo las consecuencias van creciendo, destruyendo el seno y lazos familiares, afectando a las esposas, esposos, hijos o hijas, el entorno en el que viven, indicó Miguel, un integrante de Alcohólicos Anónimos que lleva 32 años asistiendo al grupo, evitando el consumo de alguna sustancia embriagante, cumplir esa etapa es un gran reto, porque siempre se tienen ganas, y siempre hay alguien que se dice ser tu amigo y consecuentemente te invita una copa, una cerveza, así es que en cualquier momento puedes caer, resbalar, tropezar con esa enfermedad.
AA ofrece apoyo, pláticas y orientación a dos instituciones, colabora con ellas: El Centro de Rehabilitación Social y CAPA. Aparte de eso, periódicamente hace reuniones para ayudar a aquellos que desean por voluntad propia dejar de beber, ese es el primer paso.
Quienes padecen este mal, viven un infierno, no recuerdan lo que hacen, sufren de “lagunas y océanos mentales”, asesinan dormidos a su esposa y no se acuerdan de lo que paso esa noche, van perdiendo el respeto de sus hijos y de la persona que dijeron amar para siempre.
En su caso, tuvo la suficiente voluntad para salir de ese hoyo en el que se había metido gracias a sus hijos quienes le mostraron que le estaban perdiendo el cariño, en ese momento se dio cuenta que tenían que operar determinados cambios en su vida, indicó el entrevistado.
Y por necesidad acudió en 1983 a Alcohólicos Anónimos para que lo ayudaran. Recuerda: “en un principio no fui de buen gusto y me costó mucho trabajo sostenerme en la asistencia de las reuniones”.
Las mujeres quieren ser diputadas, senadoras, regidoras, políticas, funcionarias, quieren equidad de género, los mismos derechos del hombre, pero desafortunadamente copian también lo malo, quieren ser borrachas. Tan es así que en las fiestas, en los bailes, las primeras que inician los pleitos son ellas, las mujeres.
El alcoholismo no respeta edad, sexo ni condición social, la sufre tanto el pobre como el rico, y lo más trágico, hay niños de 12 años que ya son alcohólicos.
Uno de los puntos principales que te permite salir adelante de esa condición tan difícil y miserable es la fe en Dios, Si no crees en ese ser Supremo, estas perdido, no podrás salir del abismo.
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