Blogpost por Sandra Laso -
Hemos escuchado un sinnúmero de veces que el amor empieza por el estómago. Y el día de hoy celebramos el día del amor y la amistad, y qué mejor forma de mostrar nuestro amor a otras personas, a nosotras/os mismos y al medio ambiente que con comida.
A través del tiempo, nuestra cultura y sociedad se ha visto orgullosa e inspirada por la cocina mexicana, misma que ahora es catalogada por la UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Han sido nuestros alimentos caracterizados por las tortillas de maíz calientitas, la salsa de molcajete, entre otros, que nos remontan a los momentos en que hemos compartido con quienes amamos y la forma en la que nos cuidamos y mostramos ese cariño que les tenemos. Es por ello que en pleno día de mostrar el amor y la amistad, muchas veces lo conmemoramos a través de ricas cenas, comidas, chocolates, y flores, elementos tradicionales para conquistar el estómago y el corazón.
Pero ya que estamos en ello, demostrando nuestro afecto y cuidado en una fecha como esta, tenemos una oportunidad imprescindible para hacerlo con comida que alimente no solamente tu organismo, sino a una sociedad más justa y más sana. Comida que más allá de fomentar el consumismo, represente un reconocimiento por todo el trabajo de nuestras campesinas y campesinos, que represente el afecto no solo por quienes nos acompaña en su degustación, sino por quienes se dedican a producirla, y por supuesto, por la tierra y la vida de este planeta que nos permite seguir produciendo los alimentos que además de brindarnos los nutrientes necesarios para desempeñar nuestras actividades diarias, nos ha dado la razón más exquisita para disfrutar y apapachar en los momentos que más nos importan.
Esta comida, que proviene de las manos de los productores mexicanos sin importar el día, la hora o la estación, y las flores que nos deleitan gracias al trabajo de polinizadores como las abejas, se ponen en riesgo cada vez que decidimos alimentarnos con comida procesada, industrializada, comida que ha estado lejos de las manos de alguien que se preocupa, y que además ha sido producida con un coctel de plaguicidas y fertilizantes sintéticos que dañan a las abejas y a la tierra, ambas igualmente importantes para seguir alimentando nuestro estómago y nuestro corazón.
Hoy, al igual que cada día que quieras compartir tu tiempo, tu amistad y tu cuidado, hazlo con comida hecha con amor, que provenga de una agricultura ecológica que nos permita seguir produciendo alimentos desde el corazón de la tierra y hasta el corazón de nuestros hogares, cuidando el medio ambiente, y a las especies que lo conforman, cuidando de quienes te acompañan y quienes producen alimentos. Hoy, y cada que quieras alimentar tu cuerpo y tu corazón hazlo con comida sana.
Fuente: Greenpeace.com
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