
Por RICARDO GAMBOA GUERRERO*
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“OBRA PÚBLICA, ¿LO MEJOR PARA EL CIUDADANO?”
La mejor forma de dejar huella como servidor público es entregando resultados positivos. La manera más palpable de demostrar que nuestros impuestos están funcionando correctamente, es a través de la construcción de obra pública, ya que es visible, notoria, permanente, y por lo general, trae beneficios para todos.
Sin embargo, no es un secreto para nadie que por estas razones también se abuse de la misma. Llegando a extremos tales que observamos a autoridades de los tres órdenes de gobierno, enfocadas en construir “obras de relumbrón” o “elefantes blancos” que sólo sirven para justificar gastos excesivos y que de ninguna manera atienden las necesidades primordiales de un municipio, un estado o un país.
El gasto público debe administrarse de la misma manera que el gasto privado, ese que hacemos todos los ciudadanos en nuestros hogares. Gastar en lo que se deba gastar. Como ejemplo cito el siguiente: una persona va a comprar su despensa de la semana, como presupuesto tiene 100 pesos –precio hipotético y solo ajustable al ejemplo- y a la hora de pasar a caja, resulta que se excedió de la cantidad que disponía en efectivo, razón por la cual tiene que sacar de su carrito de supermercado aquello que menos necesita y se queda con lo más indispensable.
Así debe funcionar la administración pública, partiendo de la premisa de que los recursos son escasos y las necesidades infinitas. Nuestras autoridades deben enfocarse a resolver las prioridades de sus representados. Es decir, gastar en todo aquello que un ciudadano dejaría dentro de su carrito de supermercado y que sin duda, le resolvería sus prioridades.
Para nada considero deben dejarse de construir obras públicas, ya que estas son necesarias, lo que sí, es que de nada sirve construir sobre vías de comunicación primarias, ya que sólo retrasan los problemas de tráfico, más no los resuelve. La solución para ello está en invertir en vías alternas de comunicación.
*Licenciado en Derecho por la UV, Maestría en Políticas Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Asistente Legislativo del Dip. Fed. Iñigo Laviada Hernández.
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