UNA HISTORIA FAMILIAR QUE CONTAR...

Por Imelda Torres Sandoval…

Conocí a mi esposo en el año de 1988, en la Ciudad de México, cuando estudiaba la Vocacional Número 8 del IPN. El se presentó muy formal: “Me llamo Edmundo Cuervo Cuervo, y soy originario de Llano En medio, Municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz.” Posteriormente, el noviazgo se hizo formal y tuve la oportunidad de visitar a mis futuros suegros en esa localidad exuberante de la Alta Huasteca veracruzana. Mi suegra, Doña Elena Cuervo Orellán, una mujer de mirada digna y que, desde el primer momento, me contagió de su fortaleza y optimismo, me contó por aquellas épocas, hace ya veinte años, la fantástica historia de su padre, Francisco Cuervo Martínez, misma que escuché asombrada y, sinceramente, incrédula: Que por aquellos ranchos, entre 1957 y 1958, una expedición de cubanos se había entrenado militarmente, y que el Rancho Santa Elena, ubicado en la Localidad de Llano En medio, Municipio de Ixhuatlán de Madero, había servido de campamento y protección a este grupo de cubanos, siendo propietario de aquel rancho Francisco Cuervo Martínez, abuelo de mi esposo.

Yo conocía la historia de Cuba y de su Revolución, y sabía que, ciertamente había zarpado de Tuxpan, Ver. el buque Gramma, que llevó a Cuba a Fidel Castro y aproximadamente 80 cubanos, los cuales hicieron triunfar la Revolución Cubana el 1 de Enero de 1956. Sin embargo, mi suegra afirmaba que un tal Pedro Miret y 20 cubanos habían estado en Llano Enmedio entre 1957 y 1958, cuando ella tenía escasamente 12 años de edad, lo cual recordaba perfectamente ya que ella, incluso, acompañó muchas veces a su padre a la localidad de Álamo para proveerse de víveres y armas, las cuales transportaban en una vieja camioneta. La historia parecía real pero no existían suficientes archivos históricos que nos confirmaran la veracidad de la historia de Francisco Cuervo Martínez.

El día de ayer 25 de Julio, finalmente de la mano del ilustre historiador Dr. Bernardo García Díaz, salió a relucir que Elena Cuervo Orellán no soñó con cubanos. Se presentó en la Biblioteca Pública Municipal “Angel Saqui”, de Tuxpan, Ver. el libro “DE LA HUASTECA A CUBA. LA OTRA EXPEDICIÓN REVOLUCIONARIA (1957-1958)”

El Dr. Bernardo García Díaz es originario de Santa Rosa Veracruz es maestro en Historia por la Universidad Veracruzana y realizó estudios de Geografía e Historia en la Universidad de Turín. Ha escrito diversos libros, como por ejemplo: “El Puerto de Veracruz” y “Tlacotalpan, Patrimonio de la Humanidad”; obtuvo en 2004 el Premio en Ciencias Sociales que otorga la Academia de Cuba, y actualmente está adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana y funge desde el 2002 como director fundador del Museo de Historia de Ciudad Mendoza, Ver.

En el libro presentado por su autor el Dr. Bernardo García Díaz resalta en la Introducción de manera textual: Dentro de la “etapa mexicana” de la Revolución cubana, un episodio casi desconocido es la experiencia vivida por un grupo de jóvenes cubanos, lidereados y acompañados por un grupo de veteranos, quienes después de la salida del legendario yate Granma de Tuxpan, que zarparía la noche del 25 al 26 de noviembre de 1956, intentaron organizar una segunda expedición en 1957-1958, desde las costas mexicanas. El objetivo era conformar un grupo que arribara a la isla para unirse al grupo histórico comandado por Fidel Castro, que peleaba en la Sierra Maestra, o buscar abrir otro frente en la lucha del Movimiento del 26 de Julio contra la dictadura de Fulgencio Batista, quien se hizo del poder en 1952 mediante un golpe militar.
Este contingente de revolucionarios establecería uno de sus campamentos principales en la Huasteca, en el rancho Santa Elena, ubicado en la congregación de Llano En medio, Municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, en la parte alta de la cuencia del Río Tuxpan, y muy cerca del río Vinazco, uno de sus afluentes. El grupo no lograría finalmente su proyecto de arribar como expedición colectiva armada a la isla, pero a pesar de ello varios de sus integrantes, cerca de una tercera parte del total del grupo, por diversis medios, surcando el Golfo de México o por avión, y partiendo lo mismo de Costa Rica, Miami o Cozumel, alcanzaron a llegar a la isla y se incorporaron a la guerra insurreccional.
Siguiendo con una breve reseña del libro, y claro está, con la historia familiar entrañable, el Dr. García Díaz explica en el último capítulo del libro titulado El Campamento de la Huasteca, quien fue Francisco Cuervo Martínez: El campamento mas importante….se estableció en la Huasteca Veracruzana, en el rancho Santa Elena, del municipio de Ixhiatlán de Madero. Fue entonces oportuna la aparición en escena de un singular personaje, el veracruzano Francisco Cuervo Martínez, un hombre de campo propietario de un rancho en la Huasteca, mejor conocido como Pancho Cuervo…….El rancho de Pncho Cuervo se ubicada precisamente en la congregación de Llano En medio, perteneciente al municipio indígena de Ixhuatlán de Madero, que estuvo adscrito al antigui Cantón de Chicontepec……Francisco Cuervo Martínez era uno de los bisnietos de Procopio Cuervo, el propietario original de la hacienda de Llano En medio. Además del rancho, Pancho Cuervo tenía una tienda en el pueblo, en la que surtía de comestibles y objetos de uso cotidiano a los pocos habitantes de Llano En medio y a indígenas que llegaban de los caseríos aledaños. Él comerciaba con ganado, sacándolo hasta los rastros de la Ciudad de México, y estaba metido en el negocio del cultivo del tabaco y en la fabricación de alcohol, que con un pequeño hato de bestias lo hacía repartir en tiendas de la región. Sin ser un propietario opulento, económicamente tenía una posición mas que desahogada…..Era un hombre de campo al que le gustaba salir de su región y lo mismo se trasladaba al Puerto de Tampico que a la Ciudad de México a comprar lo que ocupaba: un sombrero de calidad o un buen par de zapatos. Era pues un hombre abierto a lo que sucedía mas allá del territorio de Ixhuatlán de Madero y de la Huasteca.

Concluye el Dr. García Díaz el libro exprEl campamento de Llano En medio fue, con toda certeza, una etapa muy importante en la preparación de los cubanos destacados en México en 1957. Ahí no solo se encontraron las condiciones adecuadas para profundizar su adiestramiento, sino que disfrutaron de la hospitalidad de la familia Cuervo Martínez y de algunos de los pobladores de la comunidad mas cercanos a Pancho Cuervo.

Fue una presentación emotiva, contando con la presencia del Lic. Domingo A. Martínez Reséndiz, Subsecretario de Educación del Gobierno del Estado de Veracruz, del Cónsul de Cuba en México Alcides de la Rosa y del Presidente Municipal de Tuxpan, Ver. Ing. Juan Ramón Ganem, entre otras personalidades. Desafortunamdamente, Pancho Cuervo no pudo recibir el merecido reconocimiento a su visionaria hospitalidad con el pueblo cubano, ya que murió asesinado en 1962, presuntamente “por comunista”. Afortunadamente, su hija, Elena Cuervo Orellán, recibió los obsequiosos aplausos y reconocimiento a su padre y a ella misma, por el apoyo y amistad que brindaron a aquella temeraria cuadrilla de cubanos que pretendieron organizar una segunda expedición a Cuba.

Como corolario de esta historia, sólo me resta decirle a mi esposo Edmundo Cuervo Cuervo, que los caminos de la historia son difíciles de recorrer, pero te dejan un importante y valioso legado: luchar de pié, si es necesario hasta la muerte, por mantenerte firme en tus ideales, tal y como lo hizo tu abuelo Francisco Cuervo Martínez y como ha sido ejemplo de fortaleza y dignidad tu madre Elena Cuervo Orellán.