sábado, 27 de septiembre de 2008

Jóvenes mexicanos rompen fronteras



Por:Regina Moctezuma G.
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión.com) — Un océano los separa, pero no es barrera suficiente para impedir a un grupo de estudiantes mexicanos trabajar en conjunto con jóvenes alemanes para analizar el tema de migración.
Como parte de la materia de inglés, la maestra Beatriz Arellano, del Centro Educativo Emmanuel Mounier, en la Ciudad de México, inscribió a sus ocho estudiantes en el concurso Mondiálogo, una iniciativa de Daimler y UNESCO que cada dos años convoca a los jóvenes de secundaria a promover el intercambio cultural.
Se les asignó un equipo en otro lugar del mundo, específicamente a 10 alumnos de la escuela Nelson Mandela en Berlín, Alemania y se pusieron a trabajar. La comunicación no fue difícil, gracias a los avances tecnológicos superaron cualquier obstáculo, lo que inspiró aún más su proyecto titulado “Concientizando a la gente sobre la migración”, (Awakening people about migration).
“Nosotros tenemos una situación importante de emigración y en Alemania viven un problema de inmigración. En su escuela, por ejemplo, hay 45 nacionalidades”, dijo Arellano, por eso hubo mucha química a la hora de compartir experiencias.
Después de intercambiar ideas con sus colegas alemanes durante un año, consiguieron lo inimaginable: ser uno de los 50 finalistas, de entre 2,300 participantes, que viajaron a Pekín para presentar su trabajo ante un jurado respetado este sábado.
“México fue, por mucho, el país con más participantes. Cerca de 238 equipos se inscribieron en el concurso”, dijo Stefan Berhart, director de Patrocinios Corporativos de Daimler, quien explicó que el concurso es un patrocinio inusual pues la firma automotriz tuvo la idea original e invitó a UNESCO a unirse.
Promover el intercambio cultural es parte de la filosofía de Daimler. Con más de 270,000 empleados en prácticamente todos los países del mundo, la tolerancia y el respeto son factores esenciales para el éxito de un negocio que compite internacionalmente todos los días.
La competencia intercultural es una habilidad que todo empleado de la automotriz debe de tener, por eso Daimler, quien financia el concurso, se preocupa por extender estos valores más allá de la empresa y sembrarlos en quienes tienen más potencial para esparcirlos: los jóvenes.
Estudiantes de entre 14 y 18 años son el público objetivo de Mondiálogo, pues son el puente perfecto para promover la apertura entre culturas, así como un excelente canal para influir en los planes de estudio de las escuelas e incluir la interculturalidad como un valor educativo universal.
Para Beatriz Arellano, lo más importante del concurso es que se basa en cuatro pilares que su escuela también practica: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. Es la mejor forma para aumentar la convivencia entre todos, dice la maestra, incluyendo a sociedad civil, empresas, organismos gubernamentales e insituciones no lucrativas.
Esta tercera edición del concurso es diferente, pues incluye un tema más que nos compete a todos: la sustentabilidad y el medio ambiente. Otra escuela mexicana, el Centro Escolar “José María Morelos y Pavón” en Puebla, que trabajó con un equipo rumano, también resultó finalista justamente con un tema a favor de la ecología.
“Nuestro objetivo es darles a las escuelas una visibilidad mayor, independientemente de que una de las dos gane, el hecho de estar en China es ya un triunfo”, dijo Salvador Ledón, director de Relaciones Gubernamentales de Daimler México.
Este domingo sabremos si una de las dos escuelas mexicanas finalistas se hará acreedora de algún premio. El primer lugar consiste en 1,500 euros para cada una de las escuelas que integran el equipo, el segundo lugar en 1,000 euros y el tercero en 500 euros.
De cada equipo, sólo el maestro (a) y uno de los alumnos presentará el proyecto en Pekín –así lo indican las reglas. Carmen Quijano, estudiante del colegio Emmanuel Mounier, se ha preparado por más de un año para representar a su equipo en la capital china y reconoce que el concurso le ayudó para abrirse, respetar y darse cuenta que, sin importar el lugar, en temas como migración los jóvenes piensan igual.
Además de presentar su proyecto, Beatriz Arellano tiene una misión que ella misma se asignó: proponer a México como la siguiente sede del Mondiálogo.

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