¿XALAPA DE ENRIQUEZ?

Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com

Acorde a los aires neoliberales y derechistas que recorren nuestro país en Xalapa se decidió, en su momento, privatizar la presidencia municipal y al PRI local. Son ya dos administraciones las que son encabezadas por empresarios a la vez que el partido tricolor también es dirigido por ese sector. Las consecuencias cada vez más están a la vista en tanto se impone y consolida una visión empresarial en los asuntos públicos municipales. Se sostiene de manera obviamente equivocada pero también interesada que lo importante es crecer como sea y vender lo que sea, en ese sentido se habla ambiguamente de crear una zona industrial para Xalapa sin reparar en lo que eso significa desde todos los puntos de vista para la ciudad y el municipio; el solo hecho de anunciarla sin presentar el proyecto correspondiente, ni dar a conocer los plazos y los beneficios es un gran error puesto que desata la especulación en el valor de la tierra, entre otros efectos negativos. La lógica empresarial favorece la construcción de zonas residenciales en función de su plusvalía sin medir los impactos ambientales y la capacidad de prestar servicios básicos; en esa línea el ayuntamiento aparece como vocero de los dueños de los llamados “antros”, quienes niegan forzadamente lo que todo mundo sabe.

Desde la visión empresarial, carácter que no siempre es real ni independiente, la política social reproduce el clientelismo y refuerza sus rasgos asistenciales y partidistas. Poco se sabe, porque tal vez ni existan, de programas que estén encaminados a atender a la juventud xalapeña o a las mujeres cuyo interés de participación esta comprobado y debería orientarse a actividades autogestivas. Es obvio que el ascenso de los empresarios al poder político municipal en Xalapa no ha traído más democracia ni tampoco nuevas formas de participación ciudadana.

Han llamado mucho la atención los letreros que anuncian al “Super Che”, de reciente inauguración en la Avenida Ignacio de la Llave de esta ciudad, ya que son violatorios de reglamentos municipales y representan un acto de prepotencia y falta de respeto a los xalapeños. Al respecto, vale la pena retomar el reglamento de Desarrollo Urbano vigente en nuestro municipio desde el año dos mil cuatro, el cual en su artículo 292 establece que “ningún anuncio podrá tener semejanza (en su forma, color o palabras) con los señalamientos restrictivos, preventivos, directivos e informativos que regulen el tránsito o con las de las dependencias oficiales; tampoco podrá tener superficies reflectoras”, mientras que en el artículo 305 señala: “DE LAS PROHIBICIONES. Queda prohibido emitir, fijar o usar anuncios, cualquiera que sea su clase o material, en los siguientes lugares: fracción III; En la vía pública, cuando la ocupen, cualquiera que sea la altura a que lo hagan o cuando se utilicen los elementos e instalaciones de la misma, tales como pavimentos, banquetas, guarniciones, postes, unidades de alumbrado, kioscos, bancas, árboles y en general todos aquellos elementos de utilidad u ornato de plazas, paseos, jardines, parques, calles y avenidas”.

Con el pretexto de colocar anuncios donde indican la ubicación de alguna calle o algún lugar, los propietarios del “Super Che” donaron diez enormes anuncios donde colocan la publicidad de su negocio, con lo cual incurren en una clara violación al reglamento de Desarrollo Urbano de Xalapa. Es obligación del ayuntamiento ordenar que inmediatamente se borren dichos anuncios para, entre otros efectos, evitar que a partir de ese mal ejemplo otros abusadillos comerciantes quieran hacer lo mismo; creo que nadie quiere ver letreros gigantes que digan: “La catedral, carnicería el marranito de oro”, “Palacio Municipal, bar el limoncito”, etc.; para no verlos, simplemente hay que aplicar el reglamento aludido y no dar por hecho que la ciudad le pertenece a una familia. Hasta ahora somos Xalapa de Enríquez, no de Chedrahui.

Recadito: Primer consejo estatal del FAS, 12 de Octubre en Xalapa.