domingo, 23 de noviembre de 2008

SOMOS UNA OPOSICIÓN REAL Y NO SOMOS PALEROS, AFIRMA ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR...










* Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, en la asamblea informativa realizada en la explanada de Bellas Artes

Amigas y amigos:

Representantes de todo el Movimiento:

Amigas y amigos que asisten de todo el país a esta asamblea popular: Muchas gracias, como siempre, de todo corazón.

Amigas y amigos: Hace tres días, el 20 de noviembre, se cumplieron dos años de la constitución del Gobierno Legítimo.

Por eso hoy es preciso rendir un informe sobre lo realizado, compartir con ustedes algunas reflexiones y también avizorar el futuro de nuestro movimiento. En primer término, es indispensable recordar que desde el inicio nos propusimos cumplir dos objetivos fundamentales: defender al pueblo y el patrimonio nacional y, al mismo tiempo, trabajar en la construcción de un movimiento para la transformación de la vida pública de México. Este año pusimos el énfasis en la defensa del petróleo. Así lo han exigido las circunstancias.

Como todos sabemos, el fraude electoral del 2006 lo llevaron a cabo quienes han venido imponiendo, desde hace 25 años, una política que les ha permitido apoderarse de los bienes del pueblo y de la nación. Y como era obvio, después de robarnos la presidencia de la República, este grupo continuó con las supuestas reformas estructurales, que son la fachada para justificar el pillaje y seguir cometiendo sus fechorías. No pasemos por alto que la agenda impuesta por los organismos financieros internacionales e impulsada en nuestro país por una minoría rapaz, no tiene nada que ver con las necesidades reales de nuestro pueblo y de la nación. En ella, por ejemplo, no aparecen los dos principales problemas de México: la desigualdad y la corrupción. Sin embargo, desde hace años, en esa agenda está el tema de la llamada reforma energética, con la cual se ha pretendido ocultar la privatización de la industria eléctrica y del petróleo. Por eso sabíamos que, así como han adjudicado y rematado desde 1983, más de mil empresas públicas, entre ellas, Teléfonos de México, los ferrocarriles, las minas, los puertos, los aeropuertos, las líneas aéreas, los bancos y parte de la industria eléctrica; así también iban a proceder con la industria petrolera nacional. De modo que con tiempo nos preparamos para impedir la entrega del petróleo.

Gracias a nuestro movimiento y al apoyo de muchos ciudadanos, de técnicos, expertos e intelectuales, se pudo frenar la privatización de la refinación, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos, como pretendía Calderón y las cúpulas del PRI. Pero como todos sabemos esto aún no termina, continúa el acecho. Es mucha la ambición que provoca este recurso natural estratégico. Sobre todo, debemos estar atentos porque quieren otorgar concesiones a empresas petroleras extranjeras, para explorar y explotar nuestro petróleo en áreas o bloques exclusivos del territorio nacional. Por eso no quisieron prohibir, expresamente, en la ley del petróleo ese tipo de contratos, y pretenden autorizarlos en el reglamento de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Por ésta y por otras razones, estamos obligados a darle continuidad a la lucha en defensa del petróleo y de nuestra soberanía nacional. Pero como aquí se ha dicho y todos sabemos dada la gravedad de la crisis económica, también hemos decidido volcar toda la fuerza de nuestro movimiento para proteger a nuestro pueblo, y evitar un mayor empobrecimiento, más descomposición social, más inseguridad y mas violencia. Tengamos claro que nuestros adversarios son los principales responsables de la debacle económica del país.

Aunque traten de justificarse repitiendo, una y mil veces, en los medios de comunicación, que todo se debe a factores externos, hay pruebas irrefutables de que nunca han querido llevar a cabo ningún cambio, porque el modelo que han impuesto les garantiza mantener y acrecentar sus privilegios. Es cierto que afecta a casi todo el mundo la crisis y la recesión de Estados Unidos, pero impactará con mayor severidad en nuestro país, porque tenemos una economía muy debilitada y un pueblo sin protección social. Baste decir que el año pasado, el crecimiento económico de México apenas fue mayor que el de Haití. Y este año, antes del derrumbe financiero mundial, ya ocupábamos el último lugar entre todos los países en el continente americano.

Calderón y los tecnócratas, en vez de llevar a cabo los cambios que requiere nuestro país, y que nosotros propusimos desde la campaña electoral, se empeñaron en mantener la misma política económica, con el añadido de la ineptitud y la negligencia. En dos años no han sido capaces de impulsar la industria de la construcción para reactivar la economía y generar empleos.

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