domingo, 16 de noviembre de 2008

TIENDA DE RAYA...

Casi no acostumbro hacer la compra de mis despensa en Chedrahui Tuxpan. Prefiero las abarroteras pequeñas para satisfacer mis necesidades de consumo en vez de acudir a grandes tiendas departamentales donde termino presa de la mercadotecnia y me ensarto comprando todo menos mi despensa. En fin, a veces requiero comprar algun producto de venta exclusiva en este tipo de tiendas, como los focos ahorradores de energia marca propia de esta tienda, son mas económicos y sirven para lo mismo: minimizan el consumo de energía eléctrica, iluminan con la intensidad de un foco de 75 watts y sólo consumen 20 watts de energía. Por ello fui a Chedrahui este fin de semana, y me encontré con la grata sorpresa que esta tienda departamental esta promoviendo el empaque de las mercancias compradas por el consumidor en cajas de cartón, procurando minimizar el uso de bolsas de plástico.
Las bolsas de plástico no son formas de transporte inofensivas para el ambiente por dos motivos esenciales: el elevado número de bolsas producidas por año (cerca de 150 por persona al año) y la naturaleza no biodegradable del plástico con que son producidas. Además de eso, la manufactura del polietileno se hace a partir de combustibles fósiles e implica la emisión de gases contaminantes.
Se calcula que cerca de un 90% de las bolsas de plástico acaban su vida en vertederos, o como basura. Este número puede parecer preocupante pero en realidad estos objetos ocupan sólo un 0,3% del volumen acumulado en los vertederos. Aún así, dada su extrema ligereza, si no estuvieran bien acondicionadas las bolsas de plástico tienen la tendencia de volar y esparcirse por el medio ambiente. Esta situación puede provocar otros tipos de contaminación, que por ejemplo en China ganó el nombre de contaminación blanca. En la mayor parte de los países la forma más practica y economica de disponer la basura, sin que se disperse, se moje, entre en contacto con insectos o roedores, etc. es precisamente usando bolsas de plástico.
En los países menos desarrollados, donde no existen métodos eficaces de recolección y almacenaje de basura, las bolsas de plástico son casi totalmente abandonadas después de su uso y acaban invariablemente en los cursos de agua. En Bangladesh, por ejemplo, la cuestión alcanzó proporciones alarmantes que exigieron la toma de medidas drásticas para evitar que los cerca de 10 millones de bolsas de plástico usadas por día tuvieran como destino los ríos y sistemas de alcantarillado del país. El río Buriganga que baña Dacca, la capital, sufrió diversas veces represas artificiales de bolsas de plástico y los recubrimientos del alcantarillado fueron responsables de las inundaciones devastadoras registradas en 1988 y 1998.
El mayor volumen de desechos plasticos son envases rigidos como las botellas de agua o leche. Casi todas las bolsas de plástico no acondicionadas en vertederos acaban, a corto o largo plazo, por llegar a los ríos y a los océanos. Los ecologistas llaman la atención desde hace varios años sobre este problema y citan el hecho de que cientos de ballenas, delfines, tortugas y aves marinas mueren anualmente asfixiadas por bolsas de plástico. El caso más dramático ocurrió en 2002, dice la leyenda urbana que una ballena enana llegó a la costa de Normandía con cerca de 800 kg de bolsas de plástico en su estómago.
La República de Irlanda fue la pionera europea en la toma de medidas sobre la producción descontrolada de bolsas de plástico al introducir en 2002 el PlasTax, un impuesto que cobra 0,15 € al consumidor por cada bolsa distribuida. El resultado de esta iniciativa fue la recaudación de cerca de 23 millones de euros para que sean invertidos en proyectos ambientales y una reducción en el consumo del 90%. El Reino Unido se encuentra de momento estudiando la hipótesis de aplicar una legislación semejante. En Alemania, las bolsas de plásticos son pagadas por el consumidor en todos los supermercados y es habitual el uso de bolsas de tela reutilizables o cajas de cartón.
En algunos países africanos, el problema llegó a tales proporciones que en Sudáfrica la bolsa de plástico fue apodada “flor nacional” por Mohammed Valli Moosa, el Ministro de Turismo y Ambiente. Este país introdujo recientemente una ley que hace ilegal el uso de bolsas con menos de 30 micrómetros, una medida destinada a hacerlas más caras y fomentar la reutilización.
En Bangladesh, la aglomeración de los sacos de plástico en el alcantarillado obligó a la toma de medidas extremas, mientras el país no organiza un sistema de recolección de basura eficiente. La manufactura, compraventa y posesión de bolsas de polietileno está expresamente prohibida por ley e implica altas multas y hasta penas de prisión para los reincidentes. Ser atrapado con una bolsa de plástico en la mano en este país cuesta cerca de 7,5 € (una suma astronómica teniendo en cuenta el salario mínimo en Bangladesh) pagados en el momento y una ida a la comisaría para el registro. La iniciativa perjudicó gravemente a la industria del plástico en Bangladesh pero posibilitó oportunidades de negocio para los niños callejeros, que pasaron a ganarse la vida vendiendo bolsas artesanales de papel. En el estado hindú de Himachal Pradesh se adoptaron medidas semejantes por los mismos motivos y la reincidencia en la posesión de estos incidentes puede valer 1.500 € de multa y penas de prisión de hasta siete años. La industria del papel tiene un enorme poder y es más monopolica internacionalmente que la del plástico, así que presiona para cabildear este tipo de casos aislados.

Pues bien, por lo pronto, en Tuxpan ya se esta poniendo el ejemplo de cuidar nuestro medio ambiente y evitar que las bolsas de plástico se conviertan en un verdadero problema. Por último, te propongo que utilices las cajas de cartón de reciclaje para transportar tu mercancia del súper a tu casa, y que volvamos a utilizar la canasta o bolsa de mandado.
Hasta la próxima.
Lic. Imelda Torres Sandoval

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