domingo, 4 de enero de 2009

El abstencionismo no es exclusivo de las naciones subdesarrolladas.



Orlando Segura Hervert.
El abstencionismo es un fenómeno complejo que tiene infinidad de explicaciones y vertientes, por ejemplo en las sociedades desarrolladas tiene un significado, generalmente en aquellas naciones, los electores no salen a votar, el 70 por ciento se queda en sus casas, le dan continuidad al sistema, avalan con su inasistencia, el status quo.
Muchos de los ciudadanos no ejercen el derecho al voto, porque consideran que los servicios son buenos, el gobierno en turno hace un buen papel y ni siquiera se toman la molestia de salir a las urnas, así lo expresó Gustavo Gallardo Vázquez, ex director de Gobierno y Enlace Municipal en la administración de Jerónimo Francisco Folgueras Gordillo.
El entrevistado afirma que es otra cultura y por lo tanto, son otras las razones de la ausencia en las casillas el día de la elección. Por lo tanto la medición se tiene que hacer bajo otra perspectiva. Sin embargo en nuestro país, hay que revisar el porqué una buena parte de la población prefiere resguardarse en las cuatro paredes de sus hogares.
Gallardo Vázquez prevé un alto abstencionismo para la elección federal del primer domingo de julio de 2009, señala de que en ejercicios democráticos intermedios, el resultado es que una jornada electoral de éste tipo, muy poco participación genera, los electores no entienden el papel o importancia de un diputado o legislador, la colectividad se mantiene apática y bajo las condiciones actuales en las que se están desarrollando los procesos, es muy poco probable el que se incida en una alta asistencia por parte de aquellos que cuentan con credencial para votar.
Diversas encuestas están saliendo a la luz pública, una de ellas, realizada por la empresa Mitosky, obtuvo un resultado digno de tomarse en consideración, bajo las condiciones actuales, el 32 por ciento considera que bajo cualquier pretexto o circunstancia, no participará en la elección para la renovación de las 300 diputaciones por la vía uninominal y 200 por la de representación proporcional. Si a todo ello se le agrega el tortuguismo existente en la expedición de la credencial, implementada por el Instituto Federal Electoral, lo que se observa es un panorama gris para la consolidación de la democracia.

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