TANTO EN EL SEXO COMO EN LA POLITICA…
Durante mi estancia en una consultora de Marketing Político tuve oportunidad de conversar con un político que hablaba de su importancia dentro del partido político al cual pertenecía, que además, cuando tuvo oportunidad de asumir algún cargo público, había logrado deshacer el nudo gordiano que aquejaba en aquél momento a su municipio. A primera impresión quedé estupefacto por aquél relato, sobre todo porque en lo personal no había tenido oportunidad de convivir con alguien de aquél partido dentro del municipio, y mucho menos con un ciudadano de a pie.
Gran sorpresa me llevo al arribar al lugar de aquél personaje, ya que pude constatar que no solo era muy mal visto por el grueso de la militancia de su partido, sino que los números y los hechos comprobaban que su trabajo como funcionario público había dejado mucho que desear por desastroso. En pocas palabras, la percepción que había de ese personaje de la política, es que entendía por “servidor público” el hecho de servirse con la cuchara grande.
El caso anterior me recuerda a aquellos hombres que se la pasan presumiendo sobre lo buen amantes que son en la cama, cuando en realidad las mujeres que han estado con ellos dicen que son pésimos y los porqués, sobran.
No cabe duda que tanto en el sexo como en la política, lo que más importa para seguir subsistiendo es lo que la mayoría opina sobre nuestro desempeño. En la política es importante ver que dice la ciudadanía sobre nuestro trabajo, porque finalmente es para quienes trabajamos y de su aprobación depende la continuidad del proyecto político al cual pertenecemos. En la cama, un buen desempeño es sinónimo de múltiples beneficios, o ¿no?
*Licenciado en Derecho por la UV, Maestría en Políticas Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
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