viernes, 20 de febrero de 2009

EL PRD: OTRA OPORTUNIDAD...


Por Uriel Flores Aguayo.

urielfloresaguayo@yahoo.com.mx
Como sólo lo sabe hacer el Tribunal Electoral Federal, a destiempo y con sorpresa, su sala regional anuló la elección interna de presidente y secretario del PRD en Veracruz. Sin ir al fondo sucio y mal oliente le bastó, para tomar su determinación, la no instalación de poco más del veinte por ciento de las casillas para ese proceso electivo. Si ese resolutivo se observa con calma y seriedad se llegará, fácilmente, a la coincidencia de que abre una nueva oportunidad para el PRD veracruzano, la cual se puede aprovechar o no, dependiendo de la inteligencia, madurez e interés colectivo de los principales involucrados.

Este acto de justicia electoral le puede permitir al PRD local salir de su agonía, reconstruir los consensos y las reglas, incluir a quienes pueden aportar pero se han alejado, abrirse a la recuperación de la simpatía ciudadana, elevar el potencial electoral, respetar y encauzar su pluralidad interna y, en pocas palabras, fortalecerse como opción política distinta a las demás.

Las reacciones están a la vista, van desde la celebración inoportuna hasta la tragedia que todo lo personaliza, algunas son preocupantes en tanto muestran irritación e intolerancia y quedan muy lejos de cualquier convicción democrática. El grupo que controla al PRD en Veracruz, junto a sus aliados que más parecen cómplices, auténticamente se aferran al “hueso”, exhibiendo nulidad discursiva, infantilismo político y tendencias al mimetismo con todo lo que represente al partido del sol azteca. Por eso cualquier cuestionamiento a su anonimato es considerado como un “ataque” al PRD. Como es su costumbre, con mañas y apoyo faccioso de dos o tres dirigentes nacionales pretenden tapar al sol azteca con un dedo y atornillarse en las sillitas de la burocracia partidista.

Por invitación y en ejercicio de mis derechos volví a una reunión perredista donde, en presencia del presidente y la secretaria nacionales, casi todo lo representativo del perredismo veracruzano se dio cita para deliberar sobre la salida a la nueva crisis. Me impresionó la actitud del grupito dominante, donde quién fungía como presidente no habla y quienes lo hacen no van más allá de frivolidades, anécdotas y defensa de sus intereses. Me quedó claro que en verdad se sienten dueños de ese partido, que les molesta la presencia y la opinión de quienes no les avalan su mediocridad y su corrupción. Por eso piden expulsión para el que los critique, olvidando las mejores tradiciones de la izquierda mexicana, la cual les es desconocida, lejana y hasta enemiga.

En esa reunión fue evidente la absoluta incapacidad política del grupo que administra al PRD veracruzano desde hace cuatro años al no presentar diagnóstico, estrategia, calendario e informes electorales. Y como no los tienen poco a poco se les empieza a ver, por propios y extraños, como un grupo inútil y, por lo tanto, prescindible.

Pase lo que pase, y ojalá pasen cosas positivas, el PRD de Veracruz tiene que resolver la gran paradoja de que sus “dirigentes” no dirijan nada ni a nadie, no representen ideas o movimientos, no sean portadores de prestigio y de conocimientos, no opinen, no hagan críticas, sean anónimos y muy duchos con el dinero público. Esa curiosa pero terrible realidad de quienes son más administradores que políticos y más burócratas ociosos que líderes, explica porque, a la fecha, prácticamente no han manejado ningún nombre de algún precandidato a diputado federal; eso es así porque no los tienen, porque casi nadie los conoce o porque no les tienen confianza.

Ahí está otra oportunidad para que el PRD deje de ser un cascarón, plataforma de intereses particulares, imagen de la derrota y mercancía de quienes lo representan. Si se aprovecha la oportunidad habrá PRD para rato, la izquierda estará dignamente representada y Veracruz no se encaminará, fatalmente, al bipartidismo.

Recadito: Recorrido del FAS por Cosoleacaque y Coatzacoalcos a finales de febrero

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