martes, 31 de marzo de 2009

Continúan los asaltos a casa habitación, los operativos policiacos no funcionan



Orlando Segura Hervert.
Los asaltos están a la orden del día, no hay poder humano que pueda frenar la impunidad y la delincuencia que se está dejando sentir en el puerto de Tuxpan, éste fin de semana, a un costado del periódico NORESTE, ubicado en la Calle Heroica Veracruz y Juárez, se metieron los amantes de lo ajeno a una casa habitación, se llevaron una computadora, impresora, teléfono inalámbrico y otros objetos de valor.
Los presuntos delincuentes entraron por una ventana y actuaron con todo el tiempo del mundo, los cuerpos policiacos no vieron, ni se enteraron de nada, y si lo hicieron, tal y como sospechan varios de los vecinos, los “rateros”, están actuando en perfecta armonía y coordinación con quienes se suponen deben cuidar el orden, resguardando a la población. La ciudadanía tiene muchas dudas en cuanto a las estrategias y operativos que se están instrumentando, se pregunta qué está pasando que no se están reduciendo los índices delictivos.
Aparte de lo anterior, las patrullas recientemente entregadas para combatir el hampa, están paradas en las instalaciones de la Policía Municipal, esta cuestión es muy criticada por la población, pone en entredicho la política de seguridad de los altos mandos locales, los coloca en una posición muy frágil, en la mira de la condena popular, dado que se está permitiendo aunque sea indirectamente la comisión de robos, afectando el patrimonio de la clase trabajadora, las amas de casa, las propiedades de la clase media y de los sectores productivos,
Los ilícitos se están presentando en el centro de la ciudad, en la periferia, en todas partes y no hay ni la capacidad, ni la experiencia para frenar la ola delincuencial. Los habitantes ya no quieren ni denunciar los hechos, porque consideran que es una pérdida de tiempo, no se les va a reintegrar los aparatos y además, seguirán todo un procedimiento burocrático que no los va a conducir a nada, no hay confianza en las autoridades y aunque la propaganda insiste en que acudan ante las dependencias, la respuesta a esta situación es incierta.

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