Por RICARDO GAMBOA GUERRERO*
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Muchas veces hemos escuchado en discursos políticos y en los medios masivos de comunicación, la frase “un político cercano a la gente”, ¿Qué imagen nos viene a la mente en ese momento?, un político mesiánico rodeado de miles de personas, un hombre donando bienes consumibles a los ciudadanos, un hombre con mucho carisma, etc, etc.
Lo anterior viene a colación porque en días pasados la empresa Consultas Mitofsky publicó su encuesta del mes de febrero referente a las elecciones a celebrarse el próximo cinco de julio, con miras a renovar la Cámara de Diputados. Entre los datos más sobresalientes está el pobre interés que tiene la mayoría de nuestra población por la política, ya que de cada 100 ciudadanos, sólo 9 están muy interesados, lo que demuestra en cierta medida el desencanto que se vive actualmente con la clase gobernante.
Este dato es siempre significativo, ya que el principal error que cometen muchos políticos es pensar que la mayoría de la población está interesada en su trabajo, cuando en realidad no es así. El mexicano promedio está pensando en sacar adelante su vida diaria en la casa, el trabajo, con la familia, con los amigos, los momentos de esparcimiento y en el último de los casos, con nuestro acontecer político. Ojo, esto no quiere decir que a los mexicanos no nos guste estar enterados del acontecer diario nacional, estatal y municipal, ya que siempre estamos pendientes de los noticieros, sin embargo, no nos preocupamos por conocer a fondo las decisiones políticas, sino que más bien tomamos en cuenta los puntos de vista de los líderes de opinión y sacamos nuestras propias conclusiones. Un mexicano promedio no se preocupa por sentarse a estudiar las posturas de un partido u otro por determinada política pública.
Sin embargo, los políticos tampoco se preocupan por generar herramientas necesarias que nos faciliten a los ciudadanos de a pie, enterarnos de la composición de una reforma, el porqué de la postura, como se le beneficia a un ciudadano, claro, explicado siempre en términos claros, precisos y concisos. Es decir, a la clase política tampoco le ha interesado esta cercanía, tal parece que gusta de vivir en una esfera de cristal. Solo habría que observar el discurso de un político “x” de un partido “x” ante un grupo nutrido de jóvenes, ¿con que lenguaje les habla? ¿logra empatía? Las respuestas quedan al aire para quienes hemos visto a políticos ir y venir y hablar siempre de lo mismo.
Algo queda claro, el carisma no lo es todo para mostrarse cercano a la ciudadanía, de ser así, Chabelo, Cepillín o JoJoJorge Falcón serían dignos representantes populares sin tener idea de cómo resolver los problemas de la gente. Mostrarse cercano a la gente va más allá de todo eso, implica compromiso con los representados y conocimiento de los problemas que éstos enfrentan cotidianamente.
http://72.52.156.225/Estudio.aspx?Estudio=asi-van
*Licenciado en Derecho por la UV, Maestría en Políticas Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
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