martes, 14 de abril de 2009

Los tres chiflados en la policía municipal



Orlando Segura Hervert.
Mientras uno dice verde, el otro señala azul, mientras uno ordena, el otro da indicaciones opuestas, los patrulleros ya no saben que hacer, con estas actitudes de sus superiores, se rompe la disciplina y no se llegan a acuerdos unitarios para supuestamente combatir la delincuencia que está haciendo de las suyas en la ciudad. Los comentarios fueron dirigidos a este medio y aseguran que la situación se está descomponiendo en la Policía Municipal, dado que tienen que convivir y obedecer por igual al director José de Jesús Cipriano Calderón y también al Coordinador Municipal Venancio A. Márquez Luna, de esta forma los policías no identifican ni comprenden, si deben hacer dos equipos, aprender a jugar el pin pong, o dejar pasar, dejar hacer y que las cosas truenen y revienten por su propio peso.
La anarquía ha llegado a tal grado que ya existen varias denuncias ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común, por abuso de autoridad, supuestos actos de corrupción. La situación ha empeorado a tal grado que los policías oyen, escuchan y se comportan como tíos lolos, porque de lo contrario, su posición se hace endeble, no hay quien los haga fuertes, y bajo este esquema, argumentaron es muy difícil trabajar.
Los elementos, no quisieron dar sus nombres por temor a represalias, pero los acontecimientos están ahí, hay dos mandos para una sola policía, dos funcionarios con poder de manipulación, dos personajes al que le deben obediencia. Tal aspecto crea confusión entre los integrantes de la corporación policiaca.
Agregaron que la cosa se está poniendo crítica porque el Coordinador les ordena acciones que están fuera del contexto para el que fueron contratados, la paga no dice nada en torno a que deben acatar otras órdenes que van más allá del servicio policiaco, no quisieron entrar en detalles, no quisieron profundizar en éste tema.
Explicaron que el Síndico y representante legal del Ayuntamiento, Avelino González Cárdenas, debería de presentarse más seguido por aquellos rumbos para delimitar las tareas, definir específicamente a quien se tiene que someter desde el punto de vista del mando de la seguridad pública municipal.
En síntesis, comentaron que en la poli se vive un soberano desmadre, algo así como los tres chiflados, cada quién jala para donde quiere y puede.

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