viernes, 17 de abril de 2009

UN CAFECITO CON...LIC. SALVADOR CABALLERO SOLANO...Director del CERESO Regional de Tuxpan, Ver.

Por: Lic. Imelda Torres Sandoval
jurisagro@yahoo.com.mx
Abogada postulante en materia agraria.
Egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana
UAM AZC MX

Nuestra Constitución, en el Artículo 18, establece la creación de un sistema penitenciario basado en dos premisas fundamentales:

*Las personas que cometen un delito y que son sentenciadas a una pena privativa de libertad, deben ser confinadas en un centro de reclusión en el cual deberán separarse a las personas sujetas a un proceso penal de las personas ya sentenciadas, así como hombres de mujeres.
*La reclusión como pena tendrá la finalidad de propiciar la readaptación al medio social al delincuente, sobre la base del trabajo y la educación.
Por ello, lo que comúnmente se conoce como una cárcel, en nuestro país se denomina Centro de Readapatación Social (CERESO), en el cual se internan a las personas que han sido sentenciadas por la comisión de un delito, con la finalidad de que el delincuente sufra la pena privativa de su libertad por determinado tiempo pero buscando su reinserción social como una persona productiva.
La criminología es la disciplina que se ocupa del estudio del fenómeno criminal para conocer sus causas y sus formas de manifestación. Dentro de esta ciencia, existen diversas corrientes de pensamiento que han buscado contestar la apasionante pregunta: ¿el delincuente nace o se hace?
Parece que hemos dejado atrás la corriente clásica propuesta por Cesar Lombroso, médico nacido en 1835 y fallecido en 1909, quien sentó las bases de la antropología criminal, estableciendo el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata. Este criminal atávico podía ser reconocido debido a una serie de estigmas físicos o anomalías, como por ejemplo, el excesivo desarrollo del cerebelo, asimetría del rostro, dentición anormal, y lo que se considera como la característica más atávica en los criminales, a saber, el hovuelo en medio del occipital. (Entre mas feo, mas delincuente, pues. Creo que tengo muchos amigos delincuentes.)Lombroso consideraba al criminal como una subespecie anormal del género humano. Asimismo, esta subespecie estaría compuesta por una serie de tipos criminales, como los asesinos, los ladrones, las prostitutas, etc.; todos con características morfológicas comunes pero también propias que los diferencian del resto.
En la actualidad, en México hemos seguido corrientes más modernas para estudiar el fenómeno de la criminalidad, siguiendo la concepción de que la delincuencia es más que un fenómeno biológico y relacionando al crimen con cuestiones de orden social.

En el marco de la idea del delito como producto social, podemos citar a Montagu, quien explica que: Los crímenes y los criminales son producto de la sociedad, y a la vez, instrumentos y víctimas de la misma sociedad. La sociedad criminal y delincuente culpa de sus crímenes y delitos a los criminales y a los delincuentes y luego los castiga por los daños que, en la mayoría de los casos, la misma sociedad los indujo a cometer. Un crimen es lo que la sociedad escoge definir como tal…….Pero sea lo que sea lo que una sociedad pueda o no considerar como un crimen, todas las sociedades definen al crimen como un acto cometido en violación de una ley prohibitiva o un acto omitido en violación de una ley prescriptiva. De aquí que la sociedad sea la que define al criminal y no el criminal quien se define a sí mismo. Y sugiero aquí que casi invariablemente la sociedad es la que hace al criminal porque los criminales, en realidad, se vuelven tales, no nacen así.
Tuvimos la oportunidad de tomarnos el cafecito con el Lic. S. Salvador Caballero Solano, recién nombrado Director del Centro Regional de Readapatación Social de Tuxpan, Ver. así como con el Lic. Elías Burgos López, Subdirector del mismo centro penitenciario, quienes nos compartieron que fueron nombrados recientemente por el Lic. Samuel Juárez, Director General de Readaptación Social de Gobierno del Estado para encabezar los trabajos del CERESO de Tuxpan, con la encomienda clara de Fidel Herrera de transparentar las acciones y actividades que se emprendan en aras de la readaptación social, privilegiando en todo momento el buen trato a los internos del CERESO y sus familiares.
Por ello, Caballero Solano nos adelantó que buscará mejorar la atención a los reclusos, así como a las personas que los visitan, incluyendo a sus abogados asesores, por lo que se brindará en breve, en local adjunto al penal, servicio oportuno de copias, Internet, venta de fichas de prepago de celular y cafetería, destinando los fondos que se recauden de estas actividades a la mejora continua de las instalaciones del penal.
El CERESO de Tuxpan cuenta con una población de 650 personas, entre individuos sujetos a proceso penal (indiciados y procesados) y sentenciados, contando con población femenil y varonil, y sentenciados del orden común y del fuero federal, por tratarse de un centro regional de readaptación.
En el CERESO de Tuxpan se está cumpliendo cabalmente con lo ordenado por la Ley de Ejecución de Sanciones del Estado de Veracruz y con nuestra Constitución: los internos cuentan con atención médica y siquiátrica, y tienen acceso a capacitación para el trabajo y talleres que propician su reinserción social. Entre los talleres con los que cuenta el CERESO están el de ajedrez, sastrería y de refrigeración, así como encuentros deportivos de box, futbol y béisbol, con escuelas y centros deportivos de Tuxpan, indicó Caballero Solano.
Finalmente, el Director del CERESO Salvador Caballero Solano, nos comentó que deseaba enviar un mensaje a la sociedad tuxpeña y a los empresarios de la región para que se acerquen al CERESO para celebrar convenios para brindarles una oportunidad de empleo a las personas que cumplen con sus penas y salen sin trabajo, ya que no hay mejor forma de evitar la comisión de un nuevo delito si le damos la oportunidad a la persona que ya compurgó su pena, sin estigmatizarlo, creyendo en que la readaptación social si es posible, ya que su experiencia de 19 años en penales de todo el Estado de Veracruz le ha demostrado que al menos el 60% de la población recluida si logra reinsertarse a su vida social nuevamente, convirtiéndose en personas productivas, pero que por eso se necesita del apoyo de la sociedad, para que las personas no vuelvan a delinquir, dejando a tras la idea equivocada, muchas veces, de que las cárceles son escuelas del crimen.
Hasta la próxima.

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