domingo, 2 de agosto de 2009

Estrena equipo antimotines la policía municipal.








Orlando Segura Hervert.
Cascos, tolete, chaleco y equipo especial fue utilizado esta mañana de sábado, como elementos de disuasión para persuadir a aproximadamente un centenar de personas que obstruían la calle Vicente Guerrero, al mando de dicho contingente iba el director de la policía municipal, José de Jesús Sipriano Calderón, quien en un principio mostró una actitud acorde con la supuesta disciplina. El cuerpo policiaco estaba listo para ingresar si la autoridad municipal le ordenaba ingresar a la escena en la que supuestamente se daría el enfrentamiento entre vecinos y trabajadores adscritos a una grúa particular y agentes de tránsito del ayuntamiento porteño.
Por parte de los vecinos inconformes asistían estudiantes de TKW, amas de casa, niños, profesionistas de la salud y maestros, los antimotines avanzaban silenciosamente, se colocaron en una de las aceras, ingresarían solo en caso de que se diera algún golpe o agresión hacia quienes se suponían engancharían uno de los automóviles estacionados para bloquear el acceso.
En esta ocasión no dieron ningún golpe los integrantes del cuerpo de policía, no levantaron a nadie, no subieron a ningún ciudadano a las patrullas, solo mantuvieron el rostro adusto, y la mirada firme, a su manera siguieron la escenificación real entre ediles y opositores, entre autoridades de tránsito y ciudadanos que no comprendieron ni los motivos, ni las razones del cambio operado supuestamente para su beneficio.
A las 11:20 el presunto cuerpo de élite, arribaron al lugar, bajaron de las patrullas, solo estuvieron presentes aproximadamente otros 20 minutos y posteriormente, retornaron a la base del Libramiento “Adolfo López Mateos”, casi esquina con Zózimo Pérez.
Cabe recordar que a temprana hora, el personal de la dirección de tránsito intentó levantar un automóvil, pero al ver la presencia de infinidad de ciudadanos, prefirieron abandonar el lugar, evitaron el posible connato de violencia y se retiraron, pero cerca del medio día, a los polis, los instruyeron para que apoyaran al municipio con la orden girada previamente. Finalmente privó la cordura y todo quedó en acusaciones mutuas y el acuerdo de que se privilegiaría el intercambio de ideas y alternativas para destrabar el descontento de quienes habitan y residen en ese lugar. En esta ocasión hubo cero tolerancia y cero violencia.

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