
Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com
Cada vez es más larga la lista de precandidatos a la presidencia municipal de Xalapa, cada día se agrega uno más de los que se sienten con merecimientos o que piensan tener posibilidades de despachar frente al “Parque Juárez”. La mayoría de ellos utilizan sus cargos y recursos públicos para promoverse. Inician mal sus afanes gobernantes al proceder con trampas y simulaciones, traficando con la pobreza de amplias capas de la sociedad xalapeña.
Además de su nombre e imagen, de cuya difusión profusa dependen muchos de ellos, ya es hora de que abran sus cartas, se suelten el pelo y empiecen a poner en claro sus ideas sobre la ciudad. De qué tanto piensan y de qué tanto saben dependerá lo creíbles que pueden ser. Más allá de maquinarias preelectorales y de las viejas y ofensivas actividades de siempre en las que se reparten despensas y plásticos, hace falta que expongan qué y cómo van a hacer algo distinto y mejor por Xalapa.
Los claroscuros del municipio están a la vista y cada día son más lo segundo. Se han agravado de tal manera nuestros principales problemas que, de aquí en adelante, no sólo no bastará sino que será mal visto salir con frasecitas, ocurrencias y publicidad. O se es autoridad plena y se enfrentan los problemas o sólo se está de paso para descolgarse a otros puestos públicos. Ahí está una de las definiciones iniciales para los aspirantes: serán presidentes de tiempo completo, concluyendo su periodo, cueste lo que cueste, o nadarán de a muertito, simulando, para hacer carrera política.
Son muchas las dudas y las vacilaciones, toda una forma de gobierno, que ha mostrado la actual administración. Hicieron una consulta sobre la conveniencia de que los domingos la calle de Enríquez fuera peatonal, topándose con la negativa de los comerciantes; la propuesta de que el servicio de tránsito municipal pase al estado, incluso para remover a un funcionario de esa área, ha sido rechazada porque los agentes de tránsito no están de acuerdo; los cambios de rutas de los camiones de la limpia pública no han prosperado porque los trabajadores se oponen; la colocación indiscriminada de puestos comerciales en parques y calles ha prosperado porque todo aquél que infrinja la ley primero es consultado para decidir su situación; para resolver el caos vial de la ciudad, sobre todo del centro histórico, viajaron a Brasil a consultar especialistas; ante los daños que trajeron las lluvias poco se pudo hacer hasta que no llegaran los recursos del FONDEN; el colmo, no se va a poder atender los parques y camellones con el pretexto del recorte a los recursos federales.
Ante esa lista de vacilaciones y vaciladas, que reflejan ineficacias y omisiones, razonablemente uno se puede preguntar quién gobierna a Xalapa. Dónde está la autoridad si tarda tanto para cumplir sus obligaciones y, cuando lo hace, le tienen que pedir permiso a todo mundo. Pareciera que la presidencia municipal ha derivado en regencia de la ciudad.
Ahí están algunos de los temas ante los que los suspirantes se tienen que definir o, por lo menos, decir algo. No habrá que esperar mucho para conocer la identidad de los que van en serio y la de los que simplemente se anotan para sacar algo. Xalapa sufre.
Recadito: La cita es el 13 de octubre, a las 10:00 horas, en la Plazuela del Carbón (el árbol).
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