
Por: Imelda Torres Sandoval
"Todos a leer..."
Como docente de Historia de la Sec. "Manuel C. Tello" tuve la oportunidad de asistir al curso taller Los acervos de la Bibiloteca Escolar y de Aula y su vinculación con la Reforma Integral de Educación Básica. Dicho curso tuvo dos propósitos fundamentales: que el docente de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) conozca y utilice los libros de las bibilotecas escolares y de aula para fortalecer habilidades relacionadas con la expresión oral y escrita; y que el docente impulse prácticas de lectura dentro del aula para el desarrollo de la oralidad del alumno.
Rescato de este curso dos aspectos para mi muy importantes: los objetivos del Programa Nacional de Lectura y el Perfil de Egreso del Estudiante de Educación Básica.
En 2002 se creó el Programa Nacional de Lectura que busca impulsar la adquisición y desarrollo pleno de las competencias comunicativas (hablar, escuchar, leer y escribir) y, en particular, fortalecer los hábitos y capacidades lectoras de los alumnos de educación básica y de sus maestros. Sin embargo, no sólo es necesaria la participación de alumnos y docentes en este programa, sino que es indispensable la incorporación activa y entusiasta de los padres de familia, que pueden y deben formar parte de las clubes o círculos de lectores que promuevan tanto las bibliotecas públicas como las bibliotecas escolares.
Ora bien, es interesante el ambicioso perfil que se dibuja del alumno de educación básica fomado ya con la reforma integral de educación básica y acorde a los objetivos del Programa Nacional de Lectura: el perfil de egreso plantea un conjunto de rasgos que los estudiantes deberán mostrar al término de la educación básica. Dichos ragos son el resultado de una formación que destaca la necesidad de desarrollar competencias para la vida, que además de conocimientos y habilidades incluyan actitudes y valores para enfrentar con éxito diversas tareas. Por ello, el educando de nivel básico, al egresar de la educación secundaria, deberá, entre otros, utilizar el lenguaje oral y escrito para comunicarse con claridad y fluidez e interactuar en distintos contextos sociales y culturales; analizar, razonar y argumentar situaciones e identificar problemas; formular juicios, proponer soluciones y tomar decisiones; e interpretar procesos sociales, económicos, financieros, culturales y naturales para tomar decisiones individuales y colectivas, en función del bien común.
Interesante ¿verdad? En palabras llanas, la lectura nos debe formar para la vida.
Un individuo que no lee, es un un individuo que no sabe. Y el saber no sólo se identifica con datos, números o fórmulas. Un hombre sabio es un hombre rico en vivencias, experiencias, aciertos y errores. Un hombre sabio es que el que conoce mundo.
¿Y cual es la primera ventana que abrimos hacia el mundo? Pues los libros: a través de ellos conocemos culturas lejanas, sabemos de viajes extraordinarios o de mitologías fantásticas que nos explican el origen del mundo y del universo.
Bien afirmaba Confucio: No se desea lo que no se conoce.
¿Cómo puedo aspirar a una vida feliz, colectivamente solidaria e individualmente exitosa, si solo me muevo y me remuevo en el pequeño círculo de miseria y corrupción en el que han vivido mis abuelos y mis padres?
¿Cómo podremos alcanzar una vida democrática si tenemos un pueblo ignorante, incapaz de conocer y exigir sus derechos?
Usted apreciable lector ¿leé o no leé?
Esta Navidad, regale un libro.Hasta la próxima.
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