Fue muy difícil hallarlo para mi, pero al fin pude verme frente a Él: Señor, te veo triste y cansado...¿por qué? le pregunté.
- Triste no estoy, pero tal vez si un poco cansado, respondió, más de dos mil años llevó a cuestas ya de sufrir por los hombres, que necios y cínicos, siguen negando la Gloria de mi Padre Eterno.
- ¿Qué esperas de nosotros, amado Jesús?
- Que en realidad sientas amor por tu prójimo, que te solidarices con él. Todas las Navidades debo sufrir el hambre y pobreza de unos y la opulencia y el desperdicio de otros. ¿Por qué no compartir las bendiciones que hay en nuestros hogares?
Quise dejarlo descansar, pero me dejó este mensaje para todos nosotros:
Si quieres saber el verdadero significado de la Navidad, busca en el armario la ropa que ya no usa tu familia, y recoge de tu mesa parte de tu abundante cena de Nochebuena, y sal a la calle en compañía de tu familia en busca del pobre, del menesteroso que durmió ayer con frío y sin haber comido nada, seguramente desde hace días. Comparte con él tu abrigo y tu pan. Jesus te acompañará, sin duda.
Que pases una Feliz Navidad, y que Dios te ilumine y te bendiga siempre.
Hasta la próxima.
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