Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com
De cómo anda Xalapa, ciudad y municipio, nos ilustra el segundo informe del presidente actual donde, por lo menos en la publicidad, se habla de puentes, calles y dinero, de obra material, pero se olvidan de la gente, de lo colectivo y de los ciudadanos, de la obra social. Es llamativo y preocupante que en el gobierno de Xalapa no aparezcan las grandes ideas, no se hable de su filosofía ni se enfoquen los problemas con visión plural, incluyente y moderna, confundiendo a esta última con el cemento. Razonablemente uno se puede preguntar cuál es la política social del Ayuntamiento, cuáles sus políticas públicas relacionadas con la gente. De su respuesta quedará más claro si se conciben como presidentes, regentes o gerentes.
Soy un convencido de que Xalapa puede estar mejor a condición de tener autoridades superiores, que no se dediquen exclusivamente a la administración y que transciendan el ejercicio del poder por el poder mismo. Ahora que proliferan aspirantes informales a ocupar la principal silla del palacio municipal, así como todo tipo de asociaciones y fundaciones “patito” que, dicho sea de paso, han prostituido la filantropía, quiero aportar algunas ideas y propuestas sobre el presente y futuro de Xalapa. Es en las ideas, en su lucha, en donde se definirán los perfiles y las capacidades de los que quieren estar al frente de nuestro municipio; quién carezca de un proyecto democrático sólo tendrá el refugio de la publicidad y las despensas.
Los problemas de Xalapa tienen solución, siempre y cuando se parta de un compromiso público con el interés colectivo y de la voluntad política. Si se anteponen los intereses del municipio, su funcionamiento y sus espacios, podemos empezar a vivir realidades muy distintas a lo que hemos conocido.
Xalapa se gobierna sobre tres pilares fundamentales: redes clientelares, grupos de interés y carreras políticas individuales o de grupo. Las clientelas de todo tipo dan base social al partido en el poder, siendo retribuidos generosamente con impunidad, partidas presupuestales y espacios públicos; los grupos de interés financian campañas y pasan facturas en las obras públicas; las carreras políticas inhiben el ejercicio de la autoridad en tanto se privilegia la imagen sobre el deber. Mientras se mantengan esos tres pilares nuestros problemas se seguirán agravando, ya que su solución solo se administra y se pospone. El estilo de gobernar a Xalapa es lo más parecido a un círculo vicioso, reitera ineficacias y errores, no va al fondo de los asuntos y, mucho menos, genera ciudadanía.
Con todo lo variable e intrincado que pueda resultar el escenario electoral, valdría la pena hacer un esfuerzo radical por reorientar a Xalapa, poniendo el acento en los temas sociales y en el ejercicio de autoridad. Creo que esos son los dos grandes rezagos de nuestro municipio: la falta de política social, es decir, la abstención casi total en los deberes con la gente y la aplicación de una visión o ideología donde el principio es que cada quién se tiene que “rascar con sus propias uñas” o, si acaso, ser merecedores de asistencialismo. En la falta de autoridad también influyen los compromisos partidistas, fortaleciendo clientelas u otros intereses en aras de evitarse problemas, quedar bien con todos y nadar “de a muertito”; los márgenes de ilegalidad se han venido ampliando en la medida que la autoridad municipal prefiere cuidar su imagen, propiciándose un desorden en muchos ámbitos de la vida del municipio, lo cual afecta a terceros y, sobretodo nuestra calidad de vida.
Xalapa merece más, puede ser mejor, más social, más humana, solidaria y de leyes si hacemos un frente ante la mediocridad y la corrupción de los políticos tradicionales, de la edad y del partido que sean, de esos que solo aspiran al poder por el poder mismo. Ya estuvo suave de que Xalapa sea vista como un trampolín de ambiciones personales; si es capital estatal, de verdad, que sea digna por su gente, no por el cemento.
Recadito: Encuentro ciudadano de reflexión sobre el presente y futuro de Xalapa, 9 de diciembre, 18:00 horas, Centro Recreativo.
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