Por Guillermo Basurto Origel.
La Procuraduría Federal del Consumidor, se ha declarado en quiebra administrativa en el estado de Veracruz, al desaparecer la tercera Subdelegación en el estado y convertirla en una oficina receptora de quejas: La Subdelegación en Coatzacoalcos.
Los consumidores del Norte y Sur de la entidad, han quedado a merced del hampa mercantil, representada por comerciantes inescrupulosos, para beneplácito de estos y, posible satisfacción de las múltiples Direcciones en las Oficinas Centrales de dicha dependencia.
La PROFECO, institución que tal vez después de la Cruz Roja y el Ejército Mexicano, sea la institución con mayor reconocimiento ciudadano, ha quedado al garete en la administración del presidente, Felipe Calderón Hinojosa y de su procurador, Antonio Morales de la Peña.
La ineptitud administrativa es más que evidente. De los cerca de 3, 300 empleados formales de esta dependencia, casi el 50% se encuentran concentrados en una sola oficina: las oficinas centrales de la ciudad de México, destinando tan solo, 1, 800 empleados y funcionarios, para sacar la chamba en todo el territorio nacional.
Como ejemplo, en las Direcciones Generales de Combustibles, Vigilancia, Recursos Materiales y Humanos, Quejas y de Lo Contencioso, acumulan más de 730 empleados, cuando en todo el estado de Veracruz, son tan solo 58 funcionarios, desde Intendentes hasta el Delegado.
Recursos económicos no faltan en esta dependencia, como lo podrá constatar la Auditoría Superior de la Federación, toda vez que además del Presupuesto de Egresos aprobado por el Congreso Federal, se tiene un ingreso propio derivado de la calibración de los instrumentos de medición, que por ley deberán ser calibrados una vez por año y en ocasiones hasta dos, como es el caso, de los dispensarios de las gasolineras, que generan fuertes dividendos a la institución, generando ingresos multimillonarios.
Luego entonces, ¿Por qué está en quiebra La PROFECO?
Sencillamente porque el Procurador, Antonio Morales de la Peña no ha podido poner orden en su gallinero, exigiéndole todos sus Subprocuradores y Directores Generales, sus respectivas parcelas de poder dentro de la institución. Caso contrario, como explicaría que la Subprocuraduría de Verificación y la Dirección General de Combustibles, se reserven en exclusiva cual patente de corzo, las verificaciones a las gasolineras, prohibiendo a los Delegados y Subdelegados en las entidades, realizar tales verificaciones, cuando el estatuto orgánico de la PROFECO los faculta plenamente, sin que esto fuese motivo, que coincidentemente, también la Brigadas de las Oficinas Centrales lo realizaran. Ante una vigilancia coincidente, o concomitante, se reduce el riesgo de corrupción, ¿O no, señores Directores Generales? Es pregunta.
Tal vez por haber participado intensamente en esta institución, lamento profundamente que, a los consumidores del estado de Veracruz, nos dejen en un estado de indefensión, ante los proveedores de servicios básicos a la población, y que la PROFECO, se convierta en un pueril limosnero de las alcaldías, por no saber utilizar su presupuesto e ingresos propios.
Resulta inconcebible, que por resguardar las parcelas de poder dentro de las instituciones y dentro de los tres niveles de gobierno, se deje a la población en total desamparo. En el caso que nos ocupa, la PROFECO, prácticamente solo realizará una mediana vigilancia en sus localidades de residencia, Veracruz-Boca del Rio y Xalapa. Logísticamente es IMPOSIBLE que cubran el territorio veracruzano. Para los consumidores que pretendan interponer alguna queja en contra de su proveedor, las oficinas existentes en algunos municipios, como Orizaba, Córdoba o Papantla, son meros despachos conciliatorios de buena voluntad, financiados por los ayuntamientos, que difícilmente podrán mantener firmes sus medidas de apremio ante los tribunales, al carecer de personalidad jurídica sus funcionarios.
Si bien la PROFECO es el paradigma de la ineficiencia administrativa federal, por carecer de los recursos humanos necesarios que le permitan realizar con mediana productividad su labor, existen otras representaciones federales, que con abundancia de recursos humanos, logísticos, salariales y administrativos, también han caído a niveles intolerables de ineficacia y corrupción administrativa, como es el caso de SEDESOL y SAGARPA. {Véanse los artículos del autor: “Los Fantasmas También Comen” y… “Parte de Guerra I”}.
Con fines de economía periodística, permítaseme señalar como un axioma, que los niveles de gobierno, estatales y municipales en todo el país, no operan mejor, observándose los mismos niveles de ineficacia y corrupción gubernamental que se observa en el gobierno federal.
Peor aún… con el fin de justificar su existencia como estatus de gobierno, reproducen en sus respectivos niveles de competencia, la misma estructura de gobierno federal, de tal forma que, si existe por ejemplo, una Secretaría Federal de Economía, también existe el equivalente como Secretaría del Estado X, y como Dirección del Municipio Y.
¡NO CHINGUEN… Porqué tenemos los ciudadanos que pagar la irresponsabilidad o ineptitud de nuestros gobernantes!!!
El primer nivel real de gobierno, que se encuentra en íntima convivencia diaria con el ciudadano, es el gobierno municipal. Lugar donde debiera residir toda prestación de servicios y organización primaria ciudadana. Nivel de gobierno, donde sus funcionarios y los actos que de estos emanen, pueden ser fácilmente supervisados y observados por la propia ciudadanía, si las leyes de transparencia y acceso a la información, fueran respetadas en forma irrestricta y sin cortapisas.
Los otros niveles de gobierno, estatal y federal, solo deben ser entidades que cumplan con DOS FUNCIONES, a saber: Fiscalización y Participación exclusivamente en los niveles que escapen a la competencia territorial del Municipio, o de la entidad federativa en su caso.
En el caso de PROFECO, origen y motivo del presente artículo, ¿Será tan difícil que una Dirección Municipal de Comercio, que de por sí, ya existe en la mayoría de los municipios del país, pueda ejercer las funciones de dicha PROCURADURÍA? ¡Desde luego que no!, Solo se necesitan las reformas legislativas necesarias que les den tal atribución y la coordinación nacional, que les permita notificar, algún procedimiento en contra del proveedor, en el lugar del país en que se encuentre. ¡Así de fácil!
En esa tan repetitiva Reforma del Estado que los partiditos y sus respectivos merolicos quieren vender a la sociedad, debieran por primera vez, ponerse los calzones y, abordar los temas nodales que nos afectan e impiden el verdadero desarrollo económico nacional. ¡La Coordinación Administrativa del Estado Mexicano!
La Procuraduría Federal del Consumidor, se ha declarado en quiebra administrativa en el estado de Veracruz, al desaparecer la tercera Subdelegación en el estado y convertirla en una oficina receptora de quejas: La Subdelegación en Coatzacoalcos.
Los consumidores del Norte y Sur de la entidad, han quedado a merced del hampa mercantil, representada por comerciantes inescrupulosos, para beneplácito de estos y, posible satisfacción de las múltiples Direcciones en las Oficinas Centrales de dicha dependencia.
La PROFECO, institución que tal vez después de la Cruz Roja y el Ejército Mexicano, sea la institución con mayor reconocimiento ciudadano, ha quedado al garete en la administración del presidente, Felipe Calderón Hinojosa y de su procurador, Antonio Morales de la Peña.
La ineptitud administrativa es más que evidente. De los cerca de 3, 300 empleados formales de esta dependencia, casi el 50% se encuentran concentrados en una sola oficina: las oficinas centrales de la ciudad de México, destinando tan solo, 1, 800 empleados y funcionarios, para sacar la chamba en todo el territorio nacional.
Como ejemplo, en las Direcciones Generales de Combustibles, Vigilancia, Recursos Materiales y Humanos, Quejas y de Lo Contencioso, acumulan más de 730 empleados, cuando en todo el estado de Veracruz, son tan solo 58 funcionarios, desde Intendentes hasta el Delegado.
Recursos económicos no faltan en esta dependencia, como lo podrá constatar la Auditoría Superior de la Federación, toda vez que además del Presupuesto de Egresos aprobado por el Congreso Federal, se tiene un ingreso propio derivado de la calibración de los instrumentos de medición, que por ley deberán ser calibrados una vez por año y en ocasiones hasta dos, como es el caso, de los dispensarios de las gasolineras, que generan fuertes dividendos a la institución, generando ingresos multimillonarios.
Luego entonces, ¿Por qué está en quiebra La PROFECO?
Sencillamente porque el Procurador, Antonio Morales de la Peña no ha podido poner orden en su gallinero, exigiéndole todos sus Subprocuradores y Directores Generales, sus respectivas parcelas de poder dentro de la institución. Caso contrario, como explicaría que la Subprocuraduría de Verificación y la Dirección General de Combustibles, se reserven en exclusiva cual patente de corzo, las verificaciones a las gasolineras, prohibiendo a los Delegados y Subdelegados en las entidades, realizar tales verificaciones, cuando el estatuto orgánico de la PROFECO los faculta plenamente, sin que esto fuese motivo, que coincidentemente, también la Brigadas de las Oficinas Centrales lo realizaran. Ante una vigilancia coincidente, o concomitante, se reduce el riesgo de corrupción, ¿O no, señores Directores Generales? Es pregunta.
Tal vez por haber participado intensamente en esta institución, lamento profundamente que, a los consumidores del estado de Veracruz, nos dejen en un estado de indefensión, ante los proveedores de servicios básicos a la población, y que la PROFECO, se convierta en un pueril limosnero de las alcaldías, por no saber utilizar su presupuesto e ingresos propios.
Resulta inconcebible, que por resguardar las parcelas de poder dentro de las instituciones y dentro de los tres niveles de gobierno, se deje a la población en total desamparo. En el caso que nos ocupa, la PROFECO, prácticamente solo realizará una mediana vigilancia en sus localidades de residencia, Veracruz-Boca del Rio y Xalapa. Logísticamente es IMPOSIBLE que cubran el territorio veracruzano. Para los consumidores que pretendan interponer alguna queja en contra de su proveedor, las oficinas existentes en algunos municipios, como Orizaba, Córdoba o Papantla, son meros despachos conciliatorios de buena voluntad, financiados por los ayuntamientos, que difícilmente podrán mantener firmes sus medidas de apremio ante los tribunales, al carecer de personalidad jurídica sus funcionarios.
Si bien la PROFECO es el paradigma de la ineficiencia administrativa federal, por carecer de los recursos humanos necesarios que le permitan realizar con mediana productividad su labor, existen otras representaciones federales, que con abundancia de recursos humanos, logísticos, salariales y administrativos, también han caído a niveles intolerables de ineficacia y corrupción administrativa, como es el caso de SEDESOL y SAGARPA. {Véanse los artículos del autor: “Los Fantasmas También Comen” y… “Parte de Guerra I”}.
Con fines de economía periodística, permítaseme señalar como un axioma, que los niveles de gobierno, estatales y municipales en todo el país, no operan mejor, observándose los mismos niveles de ineficacia y corrupción gubernamental que se observa en el gobierno federal.
Peor aún… con el fin de justificar su existencia como estatus de gobierno, reproducen en sus respectivos niveles de competencia, la misma estructura de gobierno federal, de tal forma que, si existe por ejemplo, una Secretaría Federal de Economía, también existe el equivalente como Secretaría del Estado X, y como Dirección del Municipio Y.
¡NO CHINGUEN… Porqué tenemos los ciudadanos que pagar la irresponsabilidad o ineptitud de nuestros gobernantes!!!
El primer nivel real de gobierno, que se encuentra en íntima convivencia diaria con el ciudadano, es el gobierno municipal. Lugar donde debiera residir toda prestación de servicios y organización primaria ciudadana. Nivel de gobierno, donde sus funcionarios y los actos que de estos emanen, pueden ser fácilmente supervisados y observados por la propia ciudadanía, si las leyes de transparencia y acceso a la información, fueran respetadas en forma irrestricta y sin cortapisas.
Los otros niveles de gobierno, estatal y federal, solo deben ser entidades que cumplan con DOS FUNCIONES, a saber: Fiscalización y Participación exclusivamente en los niveles que escapen a la competencia territorial del Municipio, o de la entidad federativa en su caso.
En el caso de PROFECO, origen y motivo del presente artículo, ¿Será tan difícil que una Dirección Municipal de Comercio, que de por sí, ya existe en la mayoría de los municipios del país, pueda ejercer las funciones de dicha PROCURADURÍA? ¡Desde luego que no!, Solo se necesitan las reformas legislativas necesarias que les den tal atribución y la coordinación nacional, que les permita notificar, algún procedimiento en contra del proveedor, en el lugar del país en que se encuentre. ¡Así de fácil!
En esa tan repetitiva Reforma del Estado que los partiditos y sus respectivos merolicos quieren vender a la sociedad, debieran por primera vez, ponerse los calzones y, abordar los temas nodales que nos afectan e impiden el verdadero desarrollo económico nacional. ¡La Coordinación Administrativa del Estado Mexicano!
No hay comentarios:
Publicar un comentario