
Por Orlando Segura Hervert….
El desabasto de medicamento, la falta de especialistas e infraestructura en el sistema de salud, son una constante, es el mismo calvario para quienes acuden al Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado o bien al Seguro Popular, en éste último, solo te enlista, te empadronan, te dicen que cuentan con un número determinado de especialidades, pero hasta ahí, lo real es que no dan el servicio adecuado, ni te proporcionan los medicamentos, en el mejor de los casos te dejan morir solo.
Ahora bien, la queja común de los trabajadores de la Jurisdicción Sanitaria y de los centros de salud, es que se ha contratado a mucha gente de confianza, éstos no cuentan con los conocimientos, no tienen experiencia, devengan salarios muy altos y al final, todo ello, deteriora el funcionamiento administrativo, pusieron de ejemplo el que dicho personal gane salarios y percepciones más altas que los propios doctores, afirmaron que el gasto corriente, está matando al sistema de salud, perjudicando a la ciudadanía y a los trabajadores de base.
En el IMSS, concretamente en la clínica 26, las cosas no son diferentes, hay serias deficiencias, burocratismo, incapacidad para dirigir dichas instalaciones, con el consecuente daño al patrimonio de los derechohabientes. Las inconformidades son múltiples, pero la dirección presta oídos sordos a los reclamos de los trabajadores.
En el ISSSTE, a decir del dirigente Francisco Espinosa Priego, la atención está de la patada, hay simulación por parte de quienes están obligados a servir. Además, varios de los integrantes del aparato administrativo no reúne el perfil, ello repercute a la hora de tomar decisiones, éstas se hacen con desconocimiento, afectando a los empleados de las dependencias federales.
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