domingo, 13 de mayo de 2012

PULSO CRÍTICO...

José Enrique Olivera Arce

El debate está en la calle

Para quien esto escribe y atendiendo a diversas opiniones ciudadanas, el presunto debate entre los cuatro aspirantes a la presidencia de México terminó tanto en forma como en contenido en un fracaso imputable tanto al Instituto Federal Electoral como a los propios partidos políticos que avalaran formato y temática. Si el objetivo era promover el voto e incidir sobre el segmento de “indecisos”, estimo que el tiro les salió por la culata. La decepción, enojo y desanimo por lo que se consideró engaño y manipulación por parte del IFE, pesó más en éstos que las entrecortadas propuestas “slogan” de los candidatos presuntamente punteros. Se alborotó al voto duro y se fortaleció al segmento de los llamados indecisos.

De hecho, no hubo debate, no se confrontaron ideas ni propuestas ni los candidatos aportaron mayor cosa para incidir en la construcción de un voto razonado, viéndose limitados por un acartonado formato y preguntas formuladas cuyas respuestas serias y a profundidad no caben en escasos dos minutos. Y sí prestándose para choteo y cursilería, como quedara reflejado en las redes sociales con bromas de mal gusto y el privilegiar el comentario sobre la “playmate” que fungiera como edecán; pasándose por alto el sentido e importancia del presunto “debate” en un proceso electoral en el que se juega el futuro del país.

No obstante algo positivo queda en abono a nuestra incipiente democracia. Pese al sabotaje de Televisión Azteca, el partido de futbol programado para la misma hora que el presunto debate, no supero en audiencia al encuentro entre los aspirantes presidenciales. Debiendo destacarse que si el IFE y su formato no propiciaran un auténtico debate entre candidatos, si provocó que éste se diera en el hogar, en las tertulias dominicales con una muy amplia participación de ciudadanos discutiendo, defendiendo la camiseta, valorando y calificando lo que vieron y escucharon de acuerdo a las preferencias electorales de cada quién.

Lo que no se puede echar en saco roto por aquellos que subestiman la capacidad de raciocinio y anhelo de participación de hombres y mujeres de a pie, es que para estos se dio un consenso casi unánime sobre la ineficacia del árbitro electoral como organismo ciudadano independiente y el sospechosismo de que la provocativa participación de la "edecan", fué un premeditado arreglo en lo oscurito.

Como era de esperarse, cada partido político asume que su respectivo candidato o candidata, se impuso sobre sus adversarios, festinándose lo superficial e irrelevante y haciendo de lado lo sustantivo del encuentro. Cuando en realidad a mi juicio no puede atribuirse triunfo alguno para ninguno de los cuatro participantes en un debate que no fue tal y en el que, por cierto, el gran ausente fue el tema de la crisis sistémica global que condiciona presente y futuro de la Nación.

Estimo que López Obrador así lo visualizo desde el momento mismo en que el IFE diera a conocer formato y contenido del listado de preguntas. Razón esta por la que aprovechó el espacio para reiterar su mensaje sobre la necesidad de un “cambio verdadero”, desentendiéndose de dar respuesta puntual a las preguntas formuladas.

Para el político tabasqueño el debate trascendente está en la calle, confrontando sus ideas y propuestas con la gente en la plaza pública. Como se pudo observar en el Foro de educación, ciencia y tecnología, encuentro con estudiantes y académicos de las universidades públicas un día después del debate entre presidenciables ó el previo con estudiantes del Instituto Tecnológico de Monterrey. En ambos encuentros la respuesta de los jóvenes habla por sí en donde es que Andrés Manuel pone el énfasis en su campaña proselitista.

Viene un segundo debate en junio. Por los resultados del primero a mi juicio ni perjudica ni beneficia a ninguno de los candidatos. Para entonces, a un mes de la elección la intención del sufragio estará definida, lo mismo para el llamado voto duro que para el sector de los indecisos o aquel que minoritariamente de antemano ha optado bien por el voto en blanco, por el sufragio a favor de “Cantinflas”, el de castigo como rechazo a un gobierno insensible e ineficaz ó por simplemente no asistir a las urnas. Adicionalmente, para entonces la guerra sucia estará en su apogeo, y la prioridad para los partidos políticos y sus candidatos estará puesta en el “trabajo operativo” pie a tierra previo a la elección.

Para los seguidores de López Obrador en “Morena”, al margen de los partidos que respaldan al candidato igual la atención no estará en un debate más. El énfasis estará puesto en la tarea de las brigadas de voluntarios preparando la defensa del voto casilla por casilla en cada Distrito Electoral, Impedir que se repita el fraude será la consigna.

Hojas que se lleva el viento.

No abrigo ninguna animadversión personal para con los candidatos a senadores por Veracruz. A lo sumo, me indigna el que las llamadas izquierdas se hagan representar por personajes que a lo largo de los años, se han ganado merecida fama de sanguijuelas deshonestas, oportunistas y manipuladoras. Del priísta José Yunes Zorrilla incluso he manifestado podría meter las manos al fuego por él, reconociéndole capacidad, buena fe y un alto grado de honorabilidad. Sin embargo no deja de sorprenderme el que todos, sin excepción confundan en sus propuestas de campaña el ámbito de competencia que como legisladores, caso de ganar la elección, les corresponde en un régimen de división de poderes. Lo que a su vez confunde a lo más atrasado política e ideológicamente del electorado. Ofrecen y prometen hacer y deshacer, dar o quitar como si estuvieran contendiendo por la titularidad del poder ejecutivo federal, incurriendo en demagogia, simulación y engaño. Dando por sentado, además, que lo que ofertan sin ton ni son está respaldado por sus respectivos candidatos a la presidencia de la República o por el gobierno estatal. Aquellos que les motivan buena fe y deseo de servir con integridad a los veracruzanos, están a tiempo de corregir.

Habiendo sido descobijado por la realidad y exhibido a nivel internacional por el semanario “Proceso”, el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa está solo y su alma. El partido del cual es ideólogo, guía moral y primer militante en Veracruz, en nada contribuye a retirar las castañas del fuego en defensa del solitario de palacio. Sacar adelante contra viento y marea a sus candidatos, lo mismo a la presidencia de la República que al relevo en el Congreso de la Unión, le preocupa y ocupa perdiendo e vista que si al gobernante le va mal, en el actual proceso electoral al PRI en la entidad peor le irá.

Me convencieron. Para los yucatecos en la elección de gobernador en julio próximo, sólo hay de dos sopas: O votas por el candidato del PRI ó te abstienes de votar antes que sumarte al voto inútil. La descomposición del PAN en Yucatán y la prácticamente nula presencia de los partidos de la llamada izquierda, no dejan otra opción. Para la elección presidencial es otra cosa, el mayor número de opciones se corresponde con una sociedad plural con un significante componente de población flotante proveniente de otras entidades federativas. Así que el voto diferenciado está anunciado, como previsto está el triunfo inobjetable de Rolando Zapata Bello, candidato del PRI a la gubernatura.

pulsocritico@gmail.com

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