Por Orlando Segura Hervert…
El 14 de octubre del 2011 y prácticamente un mes después, Unión Fenosa registró 2 explosiones en sus instalaciones y en la Central Ciclo Combinado que ponen en entredicho el cumplimiento cabal de las normas de seguridad, en el primer accidente maniobraron, torcieron la ley y dijeron que los culpables de dicha tragedia fue uno de los trabajadores, y claro, como los muertos no hablan, se jodieron los vivos y los deudos. Sería interesante conocer el peritaje de los hechos de noviembre, el segundo suceso, para analizar a quien le fincaron la responsabilidad, no vaya ser que algún fantasma ande cargando con las culpas de los inversionistas y empresarios de dicha compañía española.
Aun año de ese acontecimiento que enlutó los hogares de Samuel Cobos Elorza e Ivan Salado, la justicia demostró que valen más los intereses de los extranjeros que la de un mexicano, el derecho y la aplicación de la justicia, están hechos para beneficiar a quienes tienen dinero, no es imparcial, señaló Claudia Santiago Espinosa, una de las viudas que desde hace 12 meses clama por una indemnización justa. Dos hijas se quedaron en la orfandad, requieren de apoyo psicológico, terapias, educación para continuar con su formación profesional.
El peritaje de Protección Civil y de la Procuraduría General de Justicia en el Estado de Veracruz, no tiene lógica, fue hecho a modo para satisfacer las exigencias de Unión Fenosa, hubo contubernio entre las partes
La entrevistada accede al encuentro con este medio, narra que el pasado 14 de octubre del año pasado, tres horas después uno de los trabajadores le dijo que su esposo no aparecía y que no había noticias de él, tuvo que hablar a Xalapa, Veracruz, Poza Rica, los ejecutivos le mencionaban que lo mejor era trasladarse a aquellos lugares para identificar a los heridos. A las 4 de la mañana del 15 de octubre de 2011, tuvo que asistir al Ministerio Público, ahí le pidieron que identificara un cadáver, posteriormente la interrogó una secretaria, ésta insistía en que dijera que el finado tomaba, era drogadicto, tenía una amante en Reynosa, dicha instancia, desde un principio intercedía para acoplar las declaraciones a modo con los españoles.
Desde diciembre del 2011, perdió contacto con los abogados de Unión Fenosa, querían que se autocensurara, no hiciera ninguna declaración a la prensa porque eso dañaba la imagen y las relaciones públicas de la empresa en cuestión. Después de eso, solo ha recibido amenazas telefónicas, intimidaciones y el llamado para que ya no se meta en problemas: “mejor ya no le busque, porque tiene hijas y algo puede suceder”.
No quiso mencionar nombres, pero le recomendaron a un litigante de prestigio, supuestamente el mejor de aquí de Tuxpan, éste se abrió, no quiso tomar el caso, dijo que todo estaba perdido, por tal razón, su familia contrató los servicios de un despacho de otra ciudad, dado que los del municipio porteño prefirieron evadir el tema, tal vez por cobardía ó quizás por precaución, hizo una pausa y entonces referenció el pasaje bíblico de David y Goliat.
Con pequeñas gotitas en los ojos, mismas que se desplazaron por la cara de la señora, rememora la vida del que se fue: “era hogareño, siempre jugaba con sus hijas, no se emborrachaba, no ingería psicotrópicos, los fines de semana se la pasaba con la familia, haciendo algo creativo, asistiendo a los partidos de futbol”…
Desde la fe evangélica y cristiana, se retira con una convicción: clama por justicia divina y terrenal, para que ese tipo de acontecimientos no se vuelvan a repetir…
El 14 de octubre del 2011 y prácticamente un mes después, Unión Fenosa registró 2 explosiones en sus instalaciones y en la Central Ciclo Combinado que ponen en entredicho el cumplimiento cabal de las normas de seguridad, en el primer accidente maniobraron, torcieron la ley y dijeron que los culpables de dicha tragedia fue uno de los trabajadores, y claro, como los muertos no hablan, se jodieron los vivos y los deudos. Sería interesante conocer el peritaje de los hechos de noviembre, el segundo suceso, para analizar a quien le fincaron la responsabilidad, no vaya ser que algún fantasma ande cargando con las culpas de los inversionistas y empresarios de dicha compañía española.
Aun año de ese acontecimiento que enlutó los hogares de Samuel Cobos Elorza e Ivan Salado, la justicia demostró que valen más los intereses de los extranjeros que la de un mexicano, el derecho y la aplicación de la justicia, están hechos para beneficiar a quienes tienen dinero, no es imparcial, señaló Claudia Santiago Espinosa, una de las viudas que desde hace 12 meses clama por una indemnización justa. Dos hijas se quedaron en la orfandad, requieren de apoyo psicológico, terapias, educación para continuar con su formación profesional.
El peritaje de Protección Civil y de la Procuraduría General de Justicia en el Estado de Veracruz, no tiene lógica, fue hecho a modo para satisfacer las exigencias de Unión Fenosa, hubo contubernio entre las partes
La entrevistada accede al encuentro con este medio, narra que el pasado 14 de octubre del año pasado, tres horas después uno de los trabajadores le dijo que su esposo no aparecía y que no había noticias de él, tuvo que hablar a Xalapa, Veracruz, Poza Rica, los ejecutivos le mencionaban que lo mejor era trasladarse a aquellos lugares para identificar a los heridos. A las 4 de la mañana del 15 de octubre de 2011, tuvo que asistir al Ministerio Público, ahí le pidieron que identificara un cadáver, posteriormente la interrogó una secretaria, ésta insistía en que dijera que el finado tomaba, era drogadicto, tenía una amante en Reynosa, dicha instancia, desde un principio intercedía para acoplar las declaraciones a modo con los españoles.
Desde diciembre del 2011, perdió contacto con los abogados de Unión Fenosa, querían que se autocensurara, no hiciera ninguna declaración a la prensa porque eso dañaba la imagen y las relaciones públicas de la empresa en cuestión. Después de eso, solo ha recibido amenazas telefónicas, intimidaciones y el llamado para que ya no se meta en problemas: “mejor ya no le busque, porque tiene hijas y algo puede suceder”.
No quiso mencionar nombres, pero le recomendaron a un litigante de prestigio, supuestamente el mejor de aquí de Tuxpan, éste se abrió, no quiso tomar el caso, dijo que todo estaba perdido, por tal razón, su familia contrató los servicios de un despacho de otra ciudad, dado que los del municipio porteño prefirieron evadir el tema, tal vez por cobardía ó quizás por precaución, hizo una pausa y entonces referenció el pasaje bíblico de David y Goliat.
Con pequeñas gotitas en los ojos, mismas que se desplazaron por la cara de la señora, rememora la vida del que se fue: “era hogareño, siempre jugaba con sus hijas, no se emborrachaba, no ingería psicotrópicos, los fines de semana se la pasaba con la familia, haciendo algo creativo, asistiendo a los partidos de futbol”…
Desde la fe evangélica y cristiana, se retira con una convicción: clama por justicia divina y terrenal, para que ese tipo de acontecimientos no se vuelvan a repetir…
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