viernes, 29 de marzo de 2013

IGLESIA DE POBRES PARA POBRES

Uriel Flores Aguayo 

Sin duda una de las noticias de alcance mundial de los últimos días fue el relevo del Papa Benedicto XVI, quien por razones de salud renunció al cargo de máxima jerarquía en la iglesia católica. En un proceso tradicional en esencia pero espectacularmente mediático en sus formas los cardenales eligieron como nuevo Papa al Cardenal Argentino Jorge Mario Bergoglio, quien adoptó el nombre de " Francisco". Junto a la singularidad de ser el Primer Papa Latinoamericano hay muchos detalles en su comportamiento inicial que son llamativos y dignos de una reflexión. De acuerdo a sus antecedentes el Papa Francisco, se muestra renovador en algunas de las prácticas y rituales del Vaticano; proclama la austeridad, el servicio al prójimo y una iglesia de pobres para pobres; en dos o tres actos simbólicos ha dado muestras de humildad y desapego por las cosas materiales. No es menor y adquiere un gran simbolismo que el Papa se rehuse a mostrarse y convivir con el glamur del Vaticano. 

Estamos ante un sacerdote de apariencia sencilla, voz armoniosa y mensaje claro y directo; de inicio inspira confianza y se ha ganado la atención respetuosa de propios y extraños. Los más críticos y hasta los escépticos tuvieron que reconocer que en su biografía no tenía manchas como se quiso hacer creer inmediatamente ligándolo como cómplice de la dictadura Argentina; al contrario, hurgando en su pasado se encontraron los antecedentes de un cura serio, trabajador y comprometido. 

No se sabe cuánto poder real tenga el Papa en el estado Vaticano, ni siquiera si el Papa Francisco tendrá la voluntad y la fuerza para encabezar un proceso renovador de la iglesia católica y enfrentar los graves problemas que la aquejan y lastiman: descenso de la vocación y feligresía, corrupción, escándalos de pederastas, traiciones y la feroz competencia de otras denominaciones religiosas, entre otros retos y desafíos que la vida moderna le plantea a la iglesia católica. Inició bien el Papa Francisco, al menos en las formas pero con un simbolismo que puede tener una trascendencia substancial en las actividades y estructuras de la iglesia así como en el ánimo y la fe de los millones de habitantes del mundo que la siguen. De mantener su opción por los pobres, junto al discurso ilustrado de los Jesuitas, congregación a la que pertenece, el Papa Francisco va a transformar a su iglesia; su ejemplo será seguido por los cardenales y obispos, quienes tendrán que ir dejando sus lujos y privilegios si quieren conservar credibilidad y ser útiles a su religión; todo indica que lo mejor que nos pudo ocurrir a los católicos es la designación del Papa Francisco, un hombre de pasado limpio, voz tranquila y mensaje de aliento y de valor; urgen sacerdotes y religiosos como él, como se empieza a mostrar, no sólo para la reproducción de la iglesia sino sobre todo para que su labor social sea útil para los millones de habitantes del mundo que creen en ellos y los ven como ejemplos a seguir. 

Del ámbito religioso, en su ruta justiciera y social, mucho tenemos que aprender los políticos del mundo, especialmente los mexicanos y los veracruzanos, pródigos en frivolidades y derroches; hay mucho que tomar del Papa Francisco, nos está dando lecciones de congruencia. 

Recadito: La Semana Santa es una buena oportunidad para reflexionar, querer y queremos. 

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