viernes, 22 de marzo de 2013

POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

EXPERIENCIAS POLÍTICAS EN MARTINEZ, MISANTLA, PEROTE, COATEPEC Y XALAPA (ULTIMO). 

Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo 

Trabajar con los distritos de la región central del Estado, no representaba esfuerzo en cuanto a distancia, pero sí en trabajo y gestión, porque el contacto era muy directo. Entre los distritos más cercanos estaban, Martínez de la Torre, Misantla, Perote y Coatepec, controlados eficientemente por las coordinadoras distritales: Lucila Sánchez García, Juana Tejeda Torres (qepd), Lourdes Herrera Duran y Maribel Uscanga Valencia, respectivamente y en el caso del distrito de Xalapa, con Delia Tirado Salas (qepd). 

En el caso del distrito de Martínez de la Torre, Ver., era reconocer su potencialidad en la actividad comercial y económica. Región de gran productividad y exportación agricultura en cítricos (limón y naranja) y también plátano. Pero también lo era en ganadería y comercialización de productos lácteos. En su bella costa, predomina la pesca y el turismo que busca la buena sazón en los restaurantes de Costa Esmeralda y Nautla, además de la captura de acamayas, guisadas de manera especial en la cabecera y San Rafael y que se dan a lo largo del Río Bobos. El distrito lo constituían en ese entonces 5 municipios y en éstos operaban las siguientes dirigentes: Martínez-cabecera, Valentina Rivera Islas; Jalacingo, Ma. Del Rosario Bandala Espinoza; Nautla, Flaviana Camarera Castillo; Tlapacoyan, Virginia Jarillo Cervantes y Vega de la Alatorre, Bárbara Ramírez Mejía. Mujeres muy participativas, que operaban los centros de capacitación con cursos de: costura, cocina, manualidades, primeros auxilios y orientación sexual para las mujeres jóvenes, además de que nosotros les dábamos capacitación política. Cuando las reuniones eran en verano, trabajábamos con 38° y 40° de temperatura, visitando comunidades y municipios. 

Y quienes crean que los políticos no se enferman, están en un error. En las giras, era común que a donde llegáramos nos ofrecieran comida y agua de fruta. Y recuerdo en una ocasión en Martínez de la Torre, me enfermé del estómago seriamente por comer guisados de soya, combinados con litros de jugo de naranja (bien fríos) que en todos lados invitaban y que me bebía gustosamente para aguantar el calor. Eso me provocó una fuerte diarrea (aunque me dicen que fue por el agua) que hizo que me deshidratara rápidamente y, estando en un evento en el PRI municipal por la tarde, me empecé a marear y estuve a punto de desmayarme, por lo que me tuve que disculpar y salir de la reunión, para ser atendida por un buen amigo de mi padre, el Dr. Bricio Rincón. Éste, me mandó a descansar, a tomar suero al por mayor y antibiótico (contra la salmonela). Pero el descanso duraba poco, porque al otro día había que seguir aun sintiéndose indispuesta, procurando seguir las recomendaciones médicas: no beber más que agua embotellada, tomar la medicina y nada de comida en las comunidades. A veces era imposible, porque las mujeres preparaban comida muy sabrosa, pero, me resistía comiendo sólo tortilla y mucha agua purificada, para no desairar sus alimentos. 

Después nos seguíamos al distrito de Misantla. Este era un distrito muy extenso que abarcaba, la mayor parte de la sierra de Tenochtitlan, Juchique de Ferrer, Chiconquiaco y Naolinco. Sierras entrecruzadas, que con cielo despejado se veía hasta la costa. Nuestras dirigentes eran: Guadalupe Salazar Lagunes, Misantla cabecera; Acatlán, Leticia Callejas Hernández; Alto Lucero, Juana Domínguez Jiménez; Coacoatzintla, Gloria Durán San Gabriel; Juchique de Ferrer, Martha Elba Armenta Lara; Landero y Coss, Ernestina Tobón Domínguez; Miahuatlán, Celia González Suarez; Naolinco, Avilia Morales Salazar; Tenochtitlan, Sobeida Hernández Montoya; Tepetlán, Dora Taboada Salas; Tonayán, Natividad Fernández Quiñonez; Yecuatla, Marilú Miranda Pérez y Chiconquiaco, Cleofas Ortega García. Y aun con problemas de salud, era imposible en Misantla, resistirse a degustar las Acamayas en el restaurante de “Lara” o en “El Kilate” o las deliciosas nieves del parque y el rico pan del pueblo con un cafecito con panela. No nos podíamos negar a las atenciones, que mucho agradecíamos, después de una jornada muy dura de trabajo recorriendo pueblos y comunidades. Recuerdo que en Misantla, una anciana me dio una pócima para las molestias del estómago, compuesta de: 1/2 litro de Coca-Cola, fécula de maíz (maicena) y limón. ¡Santo remedio!…no sé, si porque la medicina ya había hecho su efecto, pero me cortó todo, me levantó la presión y pude aguantar la gira perfectamente, incluso la del distrito de Perote. 

Perote, es un distrito que también tiene mucha historia. A mí siempre me gustaron los caminos del Valle y su vista hacia la montaña “El Cofre”; igualmente los que llevan a los poblados de Altotonga y Atzalan. Siempre se me hicieron Caminos Reales, pues prevalecían los cascos de las antiguas Haciendas, reliquias de la época de la Colonia. Lo era también, la Fortaleza de San Carlos, construcción del siglo XVIII ordenada por el virrey Joaquín de Montserrat y ejecutada por Carlos Francisco de Croix. Edificación que sirvió de refugio y primer Colegio Militar del país. Después de la época post-revolucionaria fue habilitada como cárcel estatal hasta el 2008, cuando se empezó a rescatar para museo. De ahí que estos lugares estén llenos de leyendas, mismas que me las platicaban las compañeras al tenor de un excelente café y una torta de jamón serrano, en el restaurante “Covadonga”. 

En Perote, Lourdes Herrera tenía un excelente trabajo (hasta la fecha) y las dirigentes que colaboraban eran: cabecera, Teresa de Jesús Santos Reyes; Acajete, María de Jesús Rosas Hernández; Altotonga, Irma Elva Carvallo Marín; Atzalan, Victorina Hernández Trujillo; Ixhuatlán de los Reyes, Lourdes Díaz Calderón; Las Minas, Eva Gutiérrez González; Rafael Lucio, Constantina Hernández Rodríguez, Tlacolulan, Eva Alonso Rodríguez y Las Vigas, Lucia Zavaleta Zendejas. En Perote, los trabajos eran también apoyados por las compañeras de la CROC y la CROM, que dirigía nuestro amigo el dirigente estatal (qepd) Fernando Ortega. 

Al otro día, nos íbamos a recorrer el distrito de Coatepec. En éste, colaboraban: en la cabecera, María del Rocío Lima García; Actopan, Apolonia Muñoz Conde; Apazapan, Mercedes Galán Domínguez; Cosautlán, Rosa Aurora López Gutiérrez; Emiliano Zapata, Victoria Hernández Alemán; Paso de Ovejas, Martha Lucina Bello; Jalcomulco, Alma Rosa Hernández Ballesteros; La Antigua (Cardel), Aurora López Cervantes; Puente Nacional, Jacinta Ruiz de Ochoa; Teocelo, Irma Contreras Anell; Úrsulo Galván, Anabel López Torres y Xico, Yolanda Tlaxcalteco Mávil. Contábamos también con amigas muy apreciadas, como Rosita López de Servín y su hija Mirna, que apoyaban en los eventos político-electorales que se organizaban en el seno de las campañas. El distrito y municipio de Coatepec, siempre han sido pintorescos y ya sobresalían desde entonces, para convertirse en un futuro en un centro turístico de gran importancia para la región centro del Estado. Con pueblos de calles adoquinadas, fiestas patronales, nieves deliciosas, mole y ni se diga del café regional y la variedad de productos que del mismo se elaboran y exportan. Sin duda, la labor de las mujeres del distrito siempre ofreció excelente resultados. 

Y he dejado al final mis comentarios de Xalapa. 

En el municipio de Xalapa, hacia una labor ejemplar Virginia Muñoz de Ávila (qepd) (quien había sido dirigente estatal femenil). Doña Vicky, igual se movía con las amigas de la “Mesa Redonda Panamericana”, con la “Asociación Mexicana de Universitarias”, con la “Organización de Mujeres liberales” que encabezaba Doña Rosa Huesca de Santiago o con el personal del ayuntamiento, etc. Y había líderes jóvenes que se iniciaban entonces y lo hacían muy bien, como Karina Porras. Los demás municipios que constituían el distrito, contaban también con líderes muy eficientes, siendo estas: Jilotepec, Inés María de los Ángeles Juárez García, apoyada con Tomasa Saldaña Tamariz; San Andrés Tlalnehuayocan, Aldegunda García Álvarez y Margarita Padilla de Zamora y el municipio de Banderilla, con Rosa María Zorrilla Morales, apoyadas por el grupo de María de Jesús Araujo y Dora Luz Pelayo Miranda. 

La capital permitía también, compartir experiencias con mujeres extraordinarias que encabezaban sindicatos y grupos muy importantes, que ahí se concentraban, incorporándose un sinnúmero de mujeres de todas las expresiones, profesiones, vocaciones y oficios. 

Entre las mujeres que encabezaban las reivindicaciones laborales, estaban: Acela Servín Murrieta por el SETSE, Juana Consuelo Méndez, por los Empleados del Poder Ejecutivo Estatal. Norma Filigrana, que encabezaba el movimiento de “Mujeres en acción por México”, grupo constituido por las maestras del SNTE. Laura Lladó Castillo y Elsa Castillejos Ruiz por el SUTSEM y por los empleados de confianza de la UV, Athenea Ramírez Villanueva. Además de que las principales representaciones de los sindicatos federales estaban encabezados por mujeres y participaban igualmente: CONSUPO, Teresa de Jesús Leal; CAPFCE, Irma del Carmen Sánchez; CORETT, Lorenza Jácome R; PGR, Ana Alicia Vázquez Rivera; INEA, María Idalia Intriago Moreno; Poder Judicial Federal, Isabel Herrera Alarcón; STPS, Reyna Casagnon. SRE, Guadalupe Villegas Rivadeneira; Tribunales Agrarios, Araceli Mega Rivadeneyra; CONACYT, Guadalupe Osio Méndez y por el DIF Estatal, Angélica Hernández Bautista, entre otras. 

Coincidía además, la presencia en el gobierno de las siguientes funcionarias: Secretaria de Salud, Edith Rodríguez Romero; Directora de Tránsito y Trasporte, Graciela Patricia Gómez (que ya había sido dirigente estatal femenil); Directora de Trabajo y Previsión Social, Edith Mota Herrera; Subsecretaria de Educación Pública, Laura Mora Muñoz y la Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Margarita Herrera Ortiz. En el Poder Judicial, se contaba con una Presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, Ema Rodríguez Cañada y en su momento, le “echamos montón” para llamar la atención de quien tomaba las decisiones estatales, para que se constituyeran 5 agencias del ministerio público especializadas en delitos sexuales y atención a la familia, que se ubicaron en: Xalapa, Córdoba, Veracruz, Tuxpan y Coatzacoalcos. En ese entonces, había una gran institucionalidad de las funcionarias y líderes y, un especial respeto mutuo entre ellas y las mujeres del partido. 

Igualmente dentro del partido, las coordinaciones femeniles de los sectores hacían lo propio: por el obrero, Bertha Baizabal Villa; agrario: CNC Dolores Lavalle y CCI, Lourdes Ramírez Cárdenas y popular, con Ana María González Cortes. Igualmente, cabe destacar que en el momento, favorecía la presencia significativa de mujeres que encabezaban cargos en el PRI estatal, con: Mireya Toto Gtz., en la Fundación Cambio XXI (hoy fundación Colosio); Nora Guerrero en la Secretaria de Gestión Social; Marilda Rodríguez, como Subsecretaria de Finanzas; dentro de la FNOC (hoy CNOP): Movimiento Sindical, Clara Luz Oloarte (que además encabezaba el sindicato de los empleados de la SSA), Profesionistas y Técnicos, Nicomedes Melgarejo y Juventud Popular, Keyla Franco. Todas trabajando articuladas y con gran institucionalidad, apoyando las causas de género. 

Pero lo fuerte a nivel del Estado, estaba sin duda en la estructura territorial del CIM, por eso se pudo cumplir con creces su objetivo con: 207 comités femeniles municipales, 21 coordinaciones distritales, 5 de zona, y 2708 comités seccionales femeniles en todo el estado (cada comité se constituía de 5 personas). Además de 18 organizaciones independientes, 11 Consejos Consultivos y 6 Comités Financieros, conformábamos un gran equipo de más de 15 mil cuadros de dirigencia que capitalizaba el PRI-Veracruz, sin condiciones. 

Pero también había que compensar a las mujeres priistas por su esfuerzo. Y la única manera, era estar donde se tomaban las decisiones. Entonces no existían las cuotas de género, así que había que entrarle a ese objetivo con mucho valor. Recuerdo que en la elección de 1994, no me sentí satisfecha del número de mujeres que estaban siendo consideradas en las posiciones edilicias, y busqué la forma de abordar al Gobernador. En un evento, me le acerqué, pero él se adelantó y me dijo: “Doña Zaida, ¿Qué pasó con las mujeres, porque no entraron sus propuestas?” Y le contesté: “Con todo respeto, Sr. Gobernador, cómo quiere que entren si estamos excluidas de la mesa donde se toman las decisiones. Si no hay quien nos defienda ahí, no podemos esperar que nos reconozcan”. Se sonrió y no dijo nada. Apenas llegué al partido, me hablaron de parte del Presidente, diciéndome: “Lic. Zaida, le informamos que en las negociaciones, para las postulaciones de candidatos del partido, deberá estar usted, como dirigente de las mujeres”. Y las cosas cambiaron. Por primera ocasión en la historia del partido, la líder de las mujeres se sentó junto con los dirigentes de los 3 sectores, negociando las posiciones. 

Tuvimos por primera ocasión una Senadora (que de suplente pasó a titular), siendo la Prof. Acela Servín Murrieta. En la elección federal de 1994, surgieron 3 diputadas federales uninominales: Alicia González, Gladys Merlín y Zaida Lladó y una plurinominal y 5 diputadas federales suplentes; Hortensia Alarcón, Imelda Robles, Gildarda Romero, Betzabé Moreno y Josefina Vargas. Así mismo, diez Presidentas Municipales: Ma. Del Carmen Pinete (Tantoyuca); Ofelia Sebastián (Ixcatepec), Rosa de Lima Cruz (Cazones), María del Carmen Jiménez (qepd) (Coyutla); Rosa López (Coatepec); Irma Rivera (Apazapan); Bernardina Tequiliquihua (Los Reyes), Aurea Esther Santos (Jamapa); María de los Ángeles Vergara (Saltabarranca) e Irma Colllins (Moloacan), e impulsamos además a 14 Presidentas suplentes. Igual entraron 25 sindicas propietarias y 28 suplentes; 52 regidoras propietarias y 44 suplentes, que marcó cifra record en el estado. En las diputaciones locales, entraron 3 propietarias: Guadalupe Solares de Martínez, Ignacia García López y Silvia Buis Gibb (que paso de suplente a titular) y 6 suplentes: Guadalupe Garrido, Gloria Parga, Irma Villalbazo, Irma Reyes, Dolores Palafox y Hortensia Alarcón. Igualmente se hace notar que en la 56 legislatura local, habían ya ocupado cargos titulares: Mireya Toto Gtz., Bertha Hernández Rguez. Inés Yáñez, Irma Chedraui O. Fidela García y Yolanda Monlui Fdez. 

Pero, no todo era partido, también pudimos apoyar otras acciones. Fuimos iniciadoras del Programa Comunitario de la Mujer (PROCOMU) para el Estado de Veracruz, entre 1995 y 1996, encargo que me pidiera directamente el gobernador de Veracruz. En la construcción del proyecto participamos: Dulce María Rizzo Murrieta, Clara Apodaca Victoria, Ely Núñez y Valdez, Rebeca Bouches Gómez, Libertad Hernández Landa (qepd) y su servidora, asesoradas por el doctor Francisco Gómezjara (qepd). Una vez concluido, el propio Gobernador me pidió en su momento le sugiriera, quién se podía quedar con el programa estatal y, sin dudarlo dije: Libertad Hernández Landa, por su perfil de antropóloga y su experiencia en investigación social. Y así fue que nació el primer antecedente del Programa de la Mujer en el Estado de Veracruz. La muerte de Libertad, en 1998, en verdad la lamenté porque siempre nos unió una gran amistad. 

En mayo de 1997, dejé el CIM y tuve la honrosa distinción de convertirme en la primera mujer Secretaria General del Comité Estatal del PRI. En esa posición me tocaron tiempos muy difíciles, como la elección municipal de noviembre ese año, donde por primera ocasión el PRI perdió 103 municipios y, a la salida del Presidente del CDE en turno, me tocó hacerme cargo interinamente de la Presidencia por 20 días, en base al principio de prelación; tocándome responder por el partido, en los tiempos más complicados que haya vivido en su historia. Circunstancias de las que siempre me sentí agradecida hacia quienes me otorgaron su confianza y nunca me dejaron sola. Después de esos 20 días terribles, regresé a mi posición en la Secretaría General, cargo que entregué en 1998 para pasar a nuevas responsabilidades en el Comité Nacional de la Organización de las Mujeres. Pero sin duda, las experiencias en esta etapa fueron determinantes en mi vida, además de que me hizo admirar y querer más a mi Estado, porque lo conocí completamente. 

Y hoy por ello, he escrito estas narrativas, para decirles a las nuevas generaciones que: ganarse un lugar en la historia política del estado no es fácil. Y, si he mencionado los nombres de muchas mujeres, es para que no las olviden o las rescaten, porque todas ellas dieron brillantez y prestigio al PRI Veracruz y a nuestro Estado. 

Por eso, hoy cuando observo con tristeza que jóvenes que participan, no solo en mi partido sino en todos los del país, no se preocupan por poseer y practicar altos valores políticos, arraigo e identidad nacionalista, etc., atributos que caracterizaron a los grandes políticos que ha tenido Veracruz y México, me preocupa, porque estamos formando generaciones sin vocación de servicio y poco respeto a la humanidad. Por eso, la urgencia de formarlos de manera adecuada, para que imiten lo bueno, y entiendan que: los actos honorables y resultados eficientes hacen trascender al individuo y… su paso por la vida, no es en vano. Gracias y hasta la próxima.

1 comentario:

Mr. X dijo...

chale ya cansas hasta aqui me llega el polvo de todos tus apuntes ya mejor pide la regiduria o comprala pero deja por favor de estar en polvando mi cumpu, cada ves que escribes un libro.