Por Beatriz Olivera...
El Ártico nuevamente está siendo atacado por las compañías petroleras.
El año pasado fuimos testigos de lo imprudente que son las perforaciones en el Ártico. Shell, una de las más grandes y poderosas corporaciones, lideró esta ofensiva junto con un gran número de problemas que al final desembocó en la suspensión de su programa de perforaciones en Alaska.
Sin embargo, Shell aún no se rinde, al contrario, firmó un acuerdo con Gazprom –una petrolera rusa- y con el Presidente Vladimir Putin, quien les abrió la puerta trasera e invitó a Shell a perforar en el Ártico ruso, donde la corrupción impera y las compañías petroleras carecen de regulaciones.
El Ártico ruso se está convirtiendo rápidamente en el nuevo campo de batalla en el que la pelea para salvarlo será definitiva para ganarlo o perderlo todo. Un derrame masivo de petróleo –tan grave como el de la plataforma Deepwater Horizon, de BP, en el Golfo de México- sería casi inevitable. Mientras los gigantes de la industria sigan operando en ese lugar, representan una gran amenaza para las comunidades indígenas, la población de osos polares y la biodiversidad en general.
Al ver este video podrás descubrir qué tan malos son estos nuevos amigos de Shell.
Lo más irónico de todo, es que la única razón por la que Shell y Gazprom pueden perforar ahí es porque el cambio climático está derritiendo la capa de hielo del Ártico. Quieren perforar por los mismos combustibles que desde un principio han causado el deshielo. Es un círculo vicioso, pero estamos a tiempo de hacer todo lo que podamos para romperlo.
El primer paso es crear una movilización lo suficientemente grande como para hacerle frente a la más poderosa corporación en el planeta.
En sólo 12 meses el movimiento para salvar el Ártico creció a más de tres millones de personas y nuestra voz comienza a escucharse en medio de los pasillos del poder. La única razón por la que Shell se detuvo en Alaska, fue porque se dio cuenta de su incapacidad para perforar en el Ártico con seguridad y, con los ojos del mundo vigilándolos, y de que no podrían darse el lujo de cometer otro error.
Recuerda que todo lo que pase en el Ártico nos afecta a todos. La pérdida de hielo del Ártico no sólo está teniendo repercusiones en la región polar sino que conlleva graves alteraciones climáticas que afectan a todo el mundo, también a México. Por ejemplo, se calcula que el 15% del territorio de nuestro país, el 68.2% de su población y el 71% de su PIB se encuentran altamente expuestos al riesgo de los impactos adversos directos del fenómeno.
Podemos ganar esta batalla, pero para eso necesitamos que millones de personas más se sumen a este movimiento para pintar una raya en el hielo y dejarle claro a Shell y a sus amigos que no podrán pasar de ahí.
Todo eso comienza aquí. ¡Súmate para salvar el Ártico y ayúdanos a detener a Shell!
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