miércoles, 7 de agosto de 2013

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

Combate a la pobreza: simulación

Habida cuenta del enorme potencial de México, el que estadísticamente 53 millones de sus habitantes transiten por el camino de la pobreza, marginación y desigualdad, debería ser motivo de vergüenza nacional. 

En tal contexto es indignante que se echen las campanas al vuelo para vanagloriarse de un presunto avance en la erradicación de tales lastres que, por ahora, en tanto los 327 mil veracruzanos que se dice salieran de la condición de pobreza extrema no lo reflejen en una mejor calidad de vida, sólo existe en el papel. 

El secretario de desarrollo social del gobierno de Veracruz y responsable operativo del programa “Adelante”, ufano a los cuatro vientos anuncia que las cifras difundidas por la CONEVAL indican que con un avance del 22.5 por ciento en el combate a la pobreza extrema, la entidad deja de figurar entre las primeras cinco con mayores índices de abandono y exclusión gracias a la estrategia diseñada e impulsada por el Sr. Dr. Duarte de Ochoa. 

El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, lo avala y lo anota como uno más de sus mediáticos logros, sin tomarse la molestia de leer el informe completo de la CONEVAL que deja mal parado a Veracruz.

Siendo del dominio público que si el avance cacareado fuera real, sería gracias a los programas sociales federales. Sin este auxilio para un gobierno estatal en quiebra, ni el simple asistencialismo en contadas poblaciones, fuera viable.

Ahora que, sin regateos, aceptando sin conceder que fuera posible que con el programa electorero “Adelante” se estén abatiendo algunos de los indicadores de pobreza extrema en los municipios de mayor atraso relativo considerados en la medición de este flagelo, ello no quiere decir necesariamente que tantos más cuantos veracruzanos hayan dejado de encontrarse en tal situación.

¿Quiénes, donde habitan, en que medida y como dejaran atrás su estatus de pobres en extremo 327 mil veracruzanos? Es lo mínimo a preguntarse, así como obligado estaría el gobierno del estado el dar puntual respuesta para así sustentar su desmedido triunfalismo.

Estoy seguro de que nadie lo sabe. Es un simple juego de cifras estadísticas, 22.5 de cien por ciento, si es que se conoce realmente el total, arroja tantos miles menos de veracruzanos en condiciones de pobreza extrema. Números y no personas de carne y hueso sujetos de un proceso de crecimiento económico y desarrollo humano, es de lo que se habla. El papel aguanta todo.

Ya lo señalamos en maquinazo anterior: “…con el asistencialismo marginal para marginados como eje de la cruzada contra el hambre, en la mayoría de las entidades federativas se pretende dar respuesta con indicadores a los indicadores de pobreza del CONEVAL; atendiendo más al abatimiento estadístico de éstos, que a un combate real y frontal contra los escollos estructurales que históricamente nos ubican en los terrenos del subdesarrollo.

El cacareo desmedido parece indicarlo así. Se abaten porcentajes estadísticos pero la pobreza en sus diversos grados de incidencia, persiste y no sólo en los contados municipios en los que interesa generar indicadores positivos para cubrir las apariencias.

Ninguno de los indicadores que dan lugar a una más de tales expresiones triunfalistas de un gobierno ineficaz, da cuenta y razón de que los niveles de pobreza extrema superados estén sustentados en un proceso de autogestión en el que los pobladores objeto de medición, se basten económicamente a sí mismos; contando con empleo seguro y permanente, así como con un ingreso remunerativo que les permita acceder sin tropiezos a la canasta básica alimentaria y ejercer su derecho a la salud y la educación.

Hoy, gracias al asistencialismo gubernamental, los presuntos beneficiarios medio comen. Ya mañana Dios dirá, sin que eso borre las secuelas históricas de marginación crónica y de exclusión del bienestar. 

Si no es autosostenible dicho proceso, no hay avance que festinar. Antes al contrario, es más que sabido que una vez retirado el subsidio en obras y servicios asistencialistas, los destinatarios de estos quedan a merced del desempleo y la marginación. Igual o peor que en el momento de ser incorporados a los programas gubernamentales de erradicación de la pobreza. La historia de fracaso tras fracaso de los programas sociales asistencialistas a cargo de los tres órdenes de gobierno, da cuenta ampliamente de ello.

Lo destacable es que lo que el gobierno de Veracruz celebra, se contradice con lo afirmado por el propio Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo de la CONEVAL.y por Rosario Robles, Secretaria de Desarrollo Social del gobierno federal, en torno al asistencialismo y sus resultados. 

Sin empleos permanentes y remunerativos, no se avanza en el combate a la pobreza. Sin crecimiento económico regional y local e inclusión social de los veracruzanos menos favorecidos y vulnerables, todo queda en pedestre simulación.

Hojas que se lleva el viento

Con la desincorporación y venta a la IP del Complejo Pajaritos en el sur de Veracruz, el gobierno federal ya nos está dando una probadita anticipada de cómo viene la antipopular reforma energética del Sr. Peña… Y para lo que sirve el antidemocrático Congreso de la Unión. No se venderá ni un tornillo, dicen cuando demuestran lo contrario atentando contra la soberanía nacional.- 

Cd. Caucel, Yuc., agosto  de 2013



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