•Clases en las calles
•Seis semanas de apatía
•U.P.A.V., bajo sospecha
Luis Velázquez
I
Una parte de los alumnos de la UPAV, Universidad Popular Autónoma Intergaláctica de Veracruz, en el puerto jarocho, cumplen seis semanas ininterrumpidas de recibir clases en las banquetas.
Las puertas del Instituto Tecnológico les fueron cerradas por alguna razón que ni el Tecnológico ni menos, mucho menos, la U.P.A.V. que está obligada, han explicado.
Los estudiantes del Tec entran a sus clases al edificio; en tanto los de la U.P.A.V. quedan en las banquetas y ahí esperan a los profes.
Mientras tanto, el rector intergaláctico, Guillermo Zúñiga Martínez, se agrega una estrellita más en la frente trayendo al reportero Carlos Marín, director editorial de Milenio, a una conferencia, donde despotrica contra los profesores activistas de Veracruz.
En el año anterior, también cabildeó en el gobierno estatal y el Congreso para declarar doctora Honoris Causa a la reportera de Televisa Adela Micha, a quien, ni hablar, le estrellaron huevos.
II
La directora del campus callejero de la UPAV en el puerto jarocho, Clara Teresa Romero, ha solicitado auxilio tanto al secretario General de Gobierno, Erick Lagos Hernández, y al de Educación, Adolfo Mota.
Pero los días han sido revueltos y turbulentos, y la prioridad número uno, quizá la única, es el conflicto magisterial, que tantas pesadillas y migrañas ha causado en la elite priista.
Claro, el rector de la U.P.A.V. está obligado a enfrentar el toro por los cuernos.
Pero el profe se siente más allá del bien y del mal, y desde las alturas gobierna y ejerce el poder. Y de plano, le vale que los alumnos tomen clases en las banquetas del Tecnológico.
Esa es la tesitura del profe que fuera delegado de la S.E.P. y director de Enseñanza Media, alcalde de Xalapa, presidente del C.D.E. del P.R.I. y diputado.
III
Además, hay un montón de profes a quienes la U.P.A.V. adeuda el pago quincenal, y en algunos casos, el importe llega hasta más de 20 mil pesos.
Incluso, los profes han tocado todas las puertas para tramitar el pago, pues han impartido clases de manera puntual, y siempre han encontrado el silencio, el menosprecio, la indiferencia, la apatía.
Alguna vez preguntaron a Zúñiga Martínez sobre el asunto y simplemente dijo que era incumbencia de la dirección administrativa de la U.P.A.V.
Y se escabulló.
IV
Los profes llegan a las banquetas del Tecnológico solo a revisar trabajos, con el riesgo de que los alumnos bajen del internet, peguen y sigan pegando, engargolen y entreguen.
Ni modo que como en el tiempo de José Vasconcelos como secretario de Educación Pública, Álvaro Obregón presidente, los profes impartan clases debajo de los árboles.
Y menos ahora, cuando la temperatura está en su apogeo.
Y sin embargo, el rector de la U.P.A.V. está orgulloso de tener, dice, más de 60 mil estudiantes, con equis número de licenciaturas, maestrías y doctorados, y con campus hasta en el polo norte.
En tres estados del país, Puebla, Tabasco y Oaxaca, las secretarías de Educación han declarado a la U.P.A.V. universidad “patito”.
Sólo en Veracruz, la SEV de Adolfo Mota lo ignora. Se hace tonta. Le vale. Se le resbala. Y deja que Zúñiga Martínez se distraiga y entretenga con su pelotita.
V
Seis semanas han transcurrido desde entonces.
Lo peor del asunto es lo siguiente: sin diálogo. Sin interés del rector de la U.P.A.V. por solucionar el pendiente. En el valemadrismo.
El político, enclaustrado en su búnker, su burbuja, su paraíso.
Ni hablar, mientras un político usufructúe el apoyo superior, y la confianza, el coraje popular le vale.
Al ratito, los estudiantes de la U.P.A.V. en el campus callejero del Tecnológico, también tomarán las calles y avenidas de la ciudad.
Es la única salida que les están dejando...
POSDATA: La crónica de los días revueltos y turbulentos de Veracruz en el blog.expediente.mx
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