domingo, 29 de diciembre de 2013

TIPS PARA GOBERNAR VERACRUZ

•He aquí 18 requisitos indispensables para que un político amarre, primero, la candidatura, y luego enseguida la silla imperial y faraónica del palacio principal de Xalapa 

Luis Velázquez

Ninguna noticia es decir que el candidato priista a gobernador en el año 2016 será elegido en Los Pinos. Tampoco que el abanderado panista será nombrado por el CEN del PAN, donde habrá sido reelegido el peñista Gustavo Madero. Y que en la cúpula perredista se agarrarán del chongo, tribus y hordas atrás de la simple nominación, porque hasta ahí llegarán, si bien les va. 

Pero más allá, incluso, de lo que apunte la Diosa Encuesta, debilidad número uno del presidente Enrique Peña Nieto, alcanzar la candidatura parece un camino al Gólgota, porque los llamados poderes fácticos (la elite política, los diputados federales y locales y senadores, los líderes sociales, el bloque empresarial, la cúpula eclesiástica, los militares y la fuerza mediática, entre otros) suelen levantar un muro de Berlín.

Son, pues, los grandes filtros.

Y en el camino al Gólgota, es decir, al trono imperial y faraónico del poder público, también hay muchos Judas, tiempos de vacas flacas, periodos humillantes, y en algunos casos, hasta prestarse para cometer asesinatos. 

Por eso, de cara a la elección del góber de Veracruz en el año 2016, cuando en la pista hay muchos aspirantes, suspirantes, acelerados, mesiánicos , utópicos y locos, se enlista aquí una serie de atributos, cualidades y habilidades que han de tener para, en todo caso, vivir con la esperanza en cada nuevo amanecer de ganar la nominación.

Por supuesto, si el lector quisiera anotar otros puntitos, muchas, muchísimas gracias, porque los políticos soñadores con la silla (que Eufemio, el hermano de Emiliano Zapata, confundía con una silla de montar caballos) se los agradecerán para, en todo caso, pulirse a sí mismo.

1) Luego de Carolina Gudiño, Ainara Rementería, Shariffe Osman, Ana Guadalupe Ingram, Corintia, Zazil Reyes, Elizabeth Morales y hasta Sara Luz Herrera, está visto que sin barbies y reinis, imposible que un político sea candidato a gobernador. Por eso, y como si se tratara de un asunto de seguridad nacional, cada acelerado necesita integrar su equipo de barbies. Incluso, de ser necesario, contratar a trabajadoras sexuales VIP e incorporar a la nómina, como dicen unos políticos, de hecho y derecho ya existen.

2) Una virtud imprescindible para ser candidato es ser “un culero”, probado y comprobado, que venda esperanzas a todos, considerando que “la esperanza dura más, mucho más que la lealtad”.

3) Si el candidato es priista, entonces, debe tirar incienso a Los Pinos. Entre más halague la frivolidad de Los Pinos podrá, de igual manera, alentar más esperanzas del santo dedazo. Y es que “el gran dedo” elector ha regresado, con más energía y fuerza que nunca.

4) Igual que el góber precioso de Chiapas, Manuel Velazco Coello, el más joven del país, el candidato a góber de Veracruz debe estar dispuesto a ser cargado en hombros por los indígenas, campesinos y obreros. Incluso, tener todo el cinismo del mundo para aceptar tal epopeya que siempre, toda su vida, rechazaron tanto el tata Samuel Ruiz como el subcomandante Marcos.

5) Igual que el góber copetón de Jalisco, Aristóteles Sandoval, habrá de mostrar su salud de Charles Atlas, el hombre más perfecto del mundo en el siglo XX, para aventarse al trampolín de los bomberos. Sin salud a prueba de bomba, difícil alcanzar la candidatura. Por eso, el entonces presidente José López Portillo pidió a Gustavo Carvajal que bajara 40 kilos para merecer la candidatura y nunca lo aceptó. Por eso, el nutriólogo Juan Antonio Nemi Dib bajó 50 kilos en dos meses, aunque, ni modo, es el riesgo, se baja la panza pero se envejece. 

6) Ante todo, estar dispuesto a traicionar a los viejos amigos, hasta el padre consanguíneo y el padre putativo, de ser necesario, y construir una nueva red amical que puede utilizarse camino a la silla imperial.

UNA RED DE SOCIOS, ALIADOS Y CÓMPLICES PA’LOS NEGOCIOS

7) Integrar un equipo, a prueba de dinamita, de “soltadores” profesionales para los negocios lícitos e ilícitos. Así, el candidato y/o gobernador quedará como un alma de la pureza, mientras otros se enriquecen y quienes, por supuesto, pasarán copia. Incluso, podría repetirse el dicho popular con Venustiano Carranza: “El viejo no roba… pero deja robar”.

8) Enloquecer ante las luces fluorescentes de la pasarela mediática. Y, bueno, hasta casarse con una estrella de Televisa, para que el político parezca una constelación.

9) Construirse un mundo de caramelo, un mundo color de rosa, un castillo de arena, para aplicar el principio salinista de “no veo ni oigo” los grandes problemas y pendientes estatales, y por tanto, estar dispuesto solo a creer y aceptar y a vivir con las mentiras de los secretarios del gabinete.

10) Estar consciente de un hecho inevitable, mostrado por la historia: los amigos son los amigos para el desmadre, el bacanal, la orgía con edecanes y modelitos VIP. Pero el atributo más alto en la vida de un político en ningún momento es la amistad, sino por el contrario, los socios, los aliados, los cómplices… en las sucias cañerías del erario público.

11) Curarse en salud y declararse enemigo público del populismo y la demagogia, a pesar, incluso, que con cinismo, se sea igual de populista y demagogo. Es decir, morderse la lengua, pero sin sangrar.

12) Mientras se camina al Gólgota y el humo blanco de la candidatura a gobernador lo favorece, tirarse sin pudor alguno al piso de los superiores. La historia es infalible: ante los jefes máximos, humildad. Ante los iguales, subalternos y el pueblo, soberbia y altivez, mentiroso y falaz, mendigo y desgraciado. 

BARBIES, BUFONES, “OREJAS”, EFEBOS, EUNUCOS Y PLUMÍFEROS 

13) Reproducir el modelo de José López Portillo a todo lo que da… cuando aseguraba que defendería el peso “como un perro”. Claro, gracias a que defendió “el peso como un perro”, pudo construirse su mansión bautizada por el pueblo como “La colina del perro” que, luego, ni hablar, así es la vida, heredara a Sasha Montenegro, la famosa actriz de películas donde actuaba de una hermosa y fascinante y alucinante fichera. ¡Ay, mi Pedro Navaja!

14) Crearse, si lo han pasado inadvertido, un pasado de hambre y miseria y pobreza como si fuera una aureola de mártir. Por ejemplo, Ernesto Zedillo creó la leyenda de que de niño había sido bolero en su pueblo. Fidel Herrera vendió longaniza y cocadas en la Cuenca del Papaloapan. Javier Duarte se levantaba en la madrugada a hacer pan y luego, canasta al hombro, se iba a vender de casa en casa. Salvador Manzur dice que fue cuije en la zona portuaria jarocha. Carlos Hank González, el gran jefe del grupo Atlacomulco, vendía dulces en su pueblo para estudiar para profesor en la Escuela Normal del estado de México. 

15) Integrar un equipo, más que de efebos y eunucos, de lacayos y bufones, que de igual manera como ocurriera con Mario Marín, en Puebla, le llamen “mi góber precioso”. 

16)Copiar el modelo de Ramón Ferrari Pardiño, quien como secretario de Desarrollo Agropecuario, en su audiencia semanal contaba chistes colorados al gobernador Miguel Alemán Velazco. Rafael Murillo Vidal, por ejemplo, tenía un bufón llamado “El cara de pollo” y su chamba, con sueldo de secretario del gabinete legal, era hacerlo reír. Y es que la salud emocional del candidato y del góber es indispensable. Solo así pueden gobernar felices. Claro, un bufón, pero también, una Barbie, dispuesta a treparse al “helicóptero del amor” como en su tiempo lo practicaba Sergio Estrada Cajigas, el góber frívolo de Morelos. 

17) ¡Ah, claro, importantísimo para la salud mental, la salud espiritual, la salud política y la salud sexual de un candidato, y, por añadidura, del gobernador!: una Barbie, y si puede, varias (dispuestas a la perversidad sensual y sexual), pues en la variedad está el gusto. Unos dos bufones, que además de chistes colorados, estén informados de chismes sexuales del gabinete. Un grupo de “orejas” para chismes políticos. Unos dos, tres, cómplices, para los trastupijes. Y unos plumíferos, texto-servidores también les llaman, para el incienso mediático. Claro, hay políticos que también incluirían unos efebos (el emperador Adriano con Antínoo, el chiquillo de 17 años que lo traía de cabeza) y unos eunucos… para cuidar a sus barbies, sin caer en tentaciones malsanas, suspicaces y perspicaces. 

18) Básico para el candidato a gobernador: rendir pleitesía a la cúpula eclesiástica. Reunirse, pues, con el arzobispo y los once obispos de norte a sur de Veracruz, y bueno, y de paso, y solo para el contentillo, un cafecito con la red de ministros evangélicos, porque luego se llaman discriminados. Desayunitos, comiditas, cenitas, con foto publicada al día siguiente. El diezmo y el doble diezmo para remodelar las iglesias. El obsequio, digamos, de una súper camioneta blindada. La concesión de algunos cargos públicos a ex seminaristas metidos a políticos, como, digamos, la secretaría de Gobierno, la súper secretaria de Infraestructura y la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Sin el visto bueno de la jerarquía eclesiástica, ningún político puede convertirse en candidato y menos, mucho menos, en gobernador.

Solo así podrá amarrarse la candidatura, primero, y la gubernatura, después. Sin tales 18 requisitos resulta innecesario meterse en la pelea electoral.

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