Hace un año, el Cisne, Alberto Silva Ramos, dejó la presidencia municipal para abordar otras tareas mandatadas por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, en aquella fecha, se hizo cargo de la Secretaría de Desarrollo Social en la entidad veracruzana, el estilo de trabajo fue el mismo, intenso, con largas jornadas y diversos actos en un solo día. Así laboró en la alcaldía de Tuxpan en donde ejecutaba 4, 5, 6 y hasta 7 eventos diarios, desde banderazos, inauguraciones, plan de 100 días, contacto directo con la gente, recepción en la oficina y arduo trabajo de campo, más acción y también planeación decía a sus cercanos.
Y como resultado a todo ello, la crítica constructiva y la destructiva, los apapachos en las colonias y comunidades. Beto por aquí, Beto por allá, sus adversarios panistas lo calificaron como “Beto cachitos”, porque solo hacía pequeñas calles, ni hablar, si haces, te pegan; sino, también, así es que el político tuxpeño prefirió moverse privilegiando la obra pública, la inversión en la educación, la ampliación de la infraestructura, la consolidación del área de limpia pública, la constante promoción y difusión turística de Tuxpan, la capacitación de los prestadores de servicio, siempre que alguien llegaba al despacho presidencial, les mostraba un tomo muy bien empastado y encuadernado del Plan Municipal de Desarrollo, y ahí enunciaba el porcentaje ejecutado, llevamos tanto, nos falta menos.
Trajo eventos masivos, artistas, buenos carnavales, espectáculos, cine, lo mismo en el “Damián Carmona o en la playa”, la gente comenta y recuerda: “los buenos tiempos de aquella época”, salsa, fuegos pirotécnicos, noche mexicana, fuentes danzarinas, la vibra, el diálogo abierto con los adolescentes, jóvenes y universitarios, el abrazo con los adultos mayores y los sectores vulnerables.
Ayer martes, se llevó a cabo en el auditorio de usos múltiples, la entrega de material y la firma de acuerdos muy concretos en el marco del Fortalecimiento a la Educación Básica, impulsado por el CONAFE (Consejo Nacional de Fomento Educativo). Las autoridades llegaron con un retraso de prácticamente dos horas, varios se acercaban a los reporteros y les informaban que la gente, los estudiantes, los padres de familia, los maestros, el público presente, estaba muy molesto por la puntualidad de los funcionarios, indicaron que habría protestas y reclamos hacia el exalcalde, se lo tragarían vivo, eso afirmaban, eso reiteraban.
El Cisne por fin llegó, saludó a la prensa, a los viejos amigos, a los políticos, a los miembros de su partido e ingresó al “Chofodromo”, cuál sería la sorpresa que todos al unísono, le aplaudieron en el instante en que Beto levantó el brazo, extendió la mano, la movió de izquierda a derecha, en ese instante, la locura total de los tuxpeños ahí convocados que se le entregaron.
Antes de anunciar un paquete de 10 millones de pesos para 33 planteles educativos, aulas, bardas perimetrales, computadoras. Alberto Silva Ramos, coordinador de Comunicación Social de Gobierno del Estado, prendió al auditorio, encendió el ánimo de los alumnos, con una jugada magistral; pateo, lanzó a diestra y siniestra varios balones, con ese simple hecho, les cambió el rostro a la comunidad de primaria, secundaria y jardines de niños, bachillerato.
Cada quien se llevó un pedazo de gestión, una palabra de aliento, una esperanza de que su escuela ya no será la misma.
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