“En esta vida la primera obligación es ser
totalmente artificial.
La segunda todavía nadie la ha encontrado.”
Oscar Wilde.
Fernando de la Valduerna.
Producto de una imposición, Erica Espinoza es Regidora del Ayuntamiento local.
Frívola, sin experiencia, sin ganas de aprender, este personaje va por las calles de Tuxpan, navegando de a muertito, cobrando quincena tras quincena, un sueldo que no devenga.
Jamás verán un anuncio de un proyecto de trabajo, una meta alcanzada, una gestión realizada.
No. Usted la verá posando, presumiendo sus jeans antes de irse a la feria, ofreciendo al fotógrafo -según ella- su mejor perfil.
Poco le importan asuntos de sus comisiones de trabajo; le preocupan las formas, su aspecto físico es lo primordial.
Se mantiene ausente, distante ante los problemas sin comprometerse en la generación del bien común.
Si el dinero de su sueldo no saliera de nuestros impuestos, no me ocuparía de ella porque está hueca, sin contenido.
Pero ese es el problema, le pagan de nuestros impuestos.
La Regiduria le provee el dinero necesario para satisfacer sus necesidades materiales y como el mecanismo de rendición de cuentas no existe, de manera impune continua con la fiesta en la pasarela.
Por la forma en que quedó el nuevo Código Electoral, seguiremos padeciendo una severa infestación parasitaria, ya que no aprobaron las candidaturas independientes a Regidor, se las reservaron los partidos. Y de revocación de mandato, ni hablar amable lector, a las Ericas y demás … habrá de soportarlos de principio a fin.
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