domingo, 13 de noviembre de 2016

El AVE que se desplumó

Perfilando 
* El palacio de Catemaco 
Por Iván Calderón 
Mientras se escribe esta columna, el gobernador Flavino Ríos Alvarado, junto con las autoridades de seguridad y procuración de justicia se encontraban anunciando la presentación con vida del párroco de Catemaco, José Luis Sánchez Ruíz, un sacerdote de lucha y que abraza las causas nobles del pueblo como son los altos costos del servicio de energía eléctrica en esta turística población. 

Según la misma diócesis de San Andrés Tuxtla, el padre José Luis fue entregado afortunadamente vivo, pero con visibles marcas de tortura. Cumpliéndose así las exigencias que ya sean pacificas o incendiarias, se unificaban en una sola voz: "vivo se lo llevaron, vivo lo queremos". 

Luego de los actos vandálicos por parte de la Organización Indígena encabezada por un tal Wilfrido Martínez, habrá que ver en que queda el asunto de la quema del edificio del ayuntamiento, ya que esperemos que estas acciones no formen parte de una maquiavélica idea para quemar documentos y evidencias financieras, porque a estas alturas todo debería de estar digitalizado. Pero esta será otra historia. 

Al alcalde tuxtleco Jorge Alberto González Azamar le está yendo últimamente muy mal, ya que a parte de recibir los peores embates en esta revuelta con la quema de sus oficinas y de su domicilio, se ha quedado sin partido político, ya que el Alternativa Veracruzana ha perdido su registro, y de querer continuar en sus proyectos políticos futuros tendrá que buscar nuevos horizontes. 

Como usted sabe el AVE se desplumó en Veracruz, gracias al pésimo liderazgo de Alfredo Tress Jiménez, quién es a ciencia cierta el principal responsable de la debacle de este partido político estatal. 

Tress incurrió en un sin número de despreciables jugarretas que lograron que esta institución perdiera la confianza de los veracruzanos, y bajo el concepto de la "ley del embudo", este gris personaje se comportó con gran arbitrariedad e injustica para con los integrantes de su partido. Además de tratar de imponer exageradas cuotas monetarias a los presidentes municipales. 

El claro ejemplo, es el conocido caso del alcalde de Hildagotitlán, Octavio Omar López Castillejos, munícipe que acusó públicamente que el dirigente al inicio de su mandato se quería apoderar de las finanzas de su administración. 

Se tiene que decir, la ambición de Tress era tan incontrolable que da miedo. 

Sin duda. 

Alfredo viviendo sus mejores momentos en el periodo del ahora prófugo Javier Duarte de Ochoa, presuntamente se enriqueció de manera inexplicable, siendo para muchos ciudadanos un cómplice más del todavía mandatario con licencia y con una orden de aprehensión. 

Y es que son muy conocidas las visitas que hiciera el propio dirigente del extinto AVE al Palacio de Gobierno o a Casa Veracruz, donde luego de obtener jugosas prebendas, hacía prácticamente lo que Javier mandaba. 

Si no recordemos la vez que Tress declaró una mañana la posibilidad de unirse al Acción Nacional en el pasado periodo electoral, y en esa misma tarde, con la misma ropa se tomó una fotografía con Duarte. 

Bien dicen que lo mal inicia, mal termina, y así fue, ya que desde los orígenes de este partido, surgieron muchas voces que reprocharon el ascenso del AVE, cuando ni siquiera habían logrado presentar la totalidad de las asambleas constitutivas, pasando por encima de la ley. 

En fin, el partido Alternativa Veracruzana perdió su registro, al no lograr ni el 3% de la votación en la pasada elección, y al igual que el partido Cardenista dejarán de ser unas rémoras más para los veracruzanos. 

El AVE, como muchos más se fueron al basurero de la historia. 

Y así como cierto grupo radical siniestró un ayuntamiento, fue el propio Alfredo que solito hizo cenizas a este instituto político. 

Patético. 
Ivancalderonflores@outlook.com 
@IvanKalderon

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