martes, 29 de mayo de 2018

La batalla por Veracruz

La escena veracruzana
Al iniciar el último tercio de la campaña presidencial prácticamente todo mundo está de acuerdo con lo que visionariamente dijo Andrés Manuel hace un mes: este arroz ya se coció. Conocedor de la ciencia política, las proyecciones de AMLO siempre son muy atinadas. Si en 2006 o 2012 no se concretaron fue por la unión de los distintos intereses fácticos para detener a López Obrador, algo que hoy ya no es posible y si se diera sería contraproducente.

En lo que ahora se aplica el régimen es en salvar lo que se pueda. Por ello están en todas partes tratando de mellar el seguro triunfo de AMLO. Ya no pueden evitar que gane, pero sí tratarán de hacer que triunfe con la menor contundencia y quedarse con algunas gubernaturas y diputaciones.

De eso se trata en Veracruz y en los estados donde habrá elecciones de gobernador.

Con el cuarto electorado en importancia en el país, después del estado de México, del antaño DF y de Jalisco, en Veracruz se juega el voto de 5 millones 700 mil electores, 6.5% del electorado nacional. Aquí se está dando una batalla de suma importancia. Pero aquí, como en Puebla, los cacicazgos familiares quieren imponer a toda costa sucesores monárquicos, en un caso al hijo y en otro a la esposa del hasta hace poco gobernador Moreno Valle. La virulencia de estos cacicazgos es tal que ha hecho que AMLO llame a una observación internacional para estas elecciones.

No es para menos. En Veracruz, el gobernador Yunes endeuda aún más al estado, sumando largas cifras al sobreendeudamiento que había dejado Duarte. Sin cumplir sus promesas de darle seguridad a los veracruzanos, ni pagarle a los proveedores, ni devolver partidas a los municipios, los recursos adicionales con los que hoy cuenta los ha dedicado a la compra de 1 millón de despensas del programa Veracruz contigo y a las tarjetas Chedraui, de dudosa operación. De igual forma pretende a toda costa instalar costosas cámaras de vigilancia sin que haya transparencia ni en la contratación ni en el mecanismo de operación.

En su desesperación por ganar la elección para su hijo, Yunes padre se ha convertido en publicista y coordinador de su campaña. Ahora sale en persecución publicitaria de Karime Macías, para redituarle puntos a su pupilo. Ha traído a Peña Nieto para respaldar con inauguraciones fuera de la ley la campaña de su heredero. Con esa gira se selló un acuerdo de mutuo apoyo y mutua complicidad, descobijando a Ricky Riquín Canallín. Las declaraciones de Yunes Márquez dando por descontado el triunfo de AMLO, comprueban que ya lo único que quieren es salvar su propio pellejo.

Por ello andan por todo el estado ofreciendo apoyos de todo tipo para que la gente vote por Yunez Márquez, aunque voten por López Obrador a la presidencia, el llamado voto diferenciado. Algunos electores y algunos líderes comprados caen irremediablemente. Sin embargo, la ola obradorista, ya con carácter de tsunami, cubre hoy por hoy una gran parte de las costas veracruzanas. Y con esta ola crece Cuitláhuac García, quien de manera natural está en su cresta pues ha participado en ella durante muchos años.

Caminantes porfiados los dos, AMLO y Cuitláhuac han desbordado todos los actos en que han participado juntos. El sur se entregó con toda la fuerza rebosante de las simpatías acumuladas por años. Papantla, Poza Rica y Martínez de la Torre harán lo mismo. Y la próxima semana llegarán a la capital, en un movimiento envolvente que todavía dará para enfilarse poco después rumbo al centro neurálgico e histórico, el puerto de Veracruz. Así, la batalla por Veracruz estará definida, con los cañonazos del clamor popular que resonarán por todo el estado. 
Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com

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