miércoles, 29 de agosto de 2018

La escena veracruzana


La autopista del Norte
Las concesiones carreteras que se han aplicado en el desarrollo de la infraestructura que el país necesita continúan el largo y sinuoso camino de la problemática que van dejando a su paso y una serie de inconformidades que es preciso atender. En Veracruz, ya el gobernador electo ha puesto pie en una de las zonas de afectación de la autopista que va de Cardel a Tampico, en el cruce del río Filobobos, donde la población de Paso Largo, municipio de Martínez de la Torre, mantiene tomado ese tramo de la obra carretera y solicita una serie de obras de mitigación que eviten que se inunde la zona, pues consideran que los terraplenes construidos, en vez de los pilotes necesarios, causarán una cortina de represa que no dejarEsa misma situación se presenta en la zona de inundación del río Tuxpan, 84 kilómetros más al norte, donde el trazo carretero se hizo con terraplenes de mayor nivel y ya los pobladores de las comunidades de Frijolillo, Chomotla, Juana Moza, El Higueral, Boca del Monte y otras zoán que las aguas continúen por su cauce natural, encerrándolas de manera peligrosa.

nas, han resentido un primer ensayo de cómo las aguas provenientes de los torrenciales pueden acumularse de forma riesgosa si no encuentran las salidas habituales.

Por otra parte, siguiendo hacia el norte de Tuxpan, hay peticiones para que se construyan los suficientes accesos al trazo de la autopista, a fin de que cerca de 125 mil habitantes que viven en casi 20 comunidades aledañas a la carretera federal MX 180, no queden aisladas del acceso a dicha autopista. Por tal motivo, los integrantes del Movimiento de Acceso Directo a la Autopista Tuxpan-Tampico (MADA) demandan que se incluya en el proyecto un acceso de incorporación a dicha autopista desde Cerro Azul y que beneficie a los municipios aledaños como Tamiahua y Tepetzintla, además de los de la sierra de Tancoco.

El malestar general de los pobladores de las zonas afectadas continúa más al norte, en el tramo Naranjos -Ozuluama, donde la ocupación de las tierras por donde pasa todavía genera resistencias a la construcción. Lo curioso es que ya hay trechos inaugurados y en los que está cobrando con tarifas altas, como los $124 que cuesta ir desde Tuxpan a Naranjos, lo mismo que el tramo de San Rafael a Papantla. Sin tener los beneficios de la continuidad carretera, ya está saliendo caro a los norveracruzanos moverse a través de una obra inconclusa. Pero el asunto no para ahí.

En realidad, la experiencia de concesiones deja más dudas y problemas que respuestas y soluciones. Todo el trazo de Cardel a Tampico está concesionado a la empresa MOTA Engil, de capital portugués, pero con contratos parciales. Tomemos por ejemplo el tramo de Tuxpan a Tampico. Precisamente algunos ciudadanos con alto nivel cívico de participación me hicieron llegar el título de concesión de la empresa Concesionaria Autopista Tuxpan-Tampico, constituida con un capital de riesgo de 1,043 millones de pesos (23%) del total y una subvención de la Federación del orden de 1,277 millones (28.6%). Sí, leyó bien, una subvención, que es como una donación a fondo perdido a la empresa privada, mayor a lo que invertirá de forma directa la empresa: el populismo a la inversa a todo lo que da. Afortunadamente, el gobierno democrático de AMLO revisará todas las concesiones y los fideicomisos constituidos con recursos fiscales, dado que, como en este caso, las empresas privadas reciben dinero público a título gratuito, sin que la población reciba, en vez de problemas, los beneficios del desarrollo que debe dar una mejor comunicación.

Como representante popular, estaré al pendiente de que se resuelvan las inquietudes y demandas de la población. En esas andamos.
Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com

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