Por Fernando Morales Rocha
RAZONA-MIENTO
Aún y cuando el director de PEMEX Jesús Reyes Heroles (JRH) ha sido reiterativo en el sentido de que la decisión final para la construcción y ubicación de la nueva refinería se basará exclusivamente en aspectos meramente técnicos y económicos, todos sabemos que la decisión final aún y cuando debiera responderá a criterios de viabilidad técnicos-financieros, será una decisión política.
Aunque (JRH) ha dejó entrever “Bajo Reserva”, que será cuestión de semanas para que dé a conocer en dónde se instalará la tan peleada nueva refinería. Se dice, que los estados pegados al golfo de México (Campeche, Tabasco, Veracruz…) pueden ir descartándose por razones climáticas. Y que por motivos de consumo y demanda, se están considerando las regiones del norte, pero tan al norte “¡!¿?”
Ha “trascendido”, que lo más difícil de la decisión ha sido el evadir las fuertes presiones políticas. Y que la nueva refinería se ubicará al norte, pero del D. F. ¿Será Tula?
RAZONES DE PESO
Y he aquí una serie de consideraciones por las cuales a “todas” (las 9 entidades federativas: Campeche, Tamaulipas, Michoacán, Hidalgo, Nuevo León, Tabasco, Chiapas, Oaxaca y Veracruz), les interesa que la nueva refinería se construya en algún municipio de sus propios estados. Y cómo no, si se trata de un proyecto que le cambiará la vida a toda una región.
1° Por el impulso al desarrollo económico local y regional.
2° Por la generación en el 2010 de aproximadamente 10 mil 500 empleos directos, 36 mil 800 empleos indirectos. Y de los aproximadamente mil 400 empleos permanentes a partir del 2015.
3° Por que de entrada el proyecto representa una inversión aproximada de casi 11 mil millones de dólares.
4° Porque ésta, la refinería, será indudablemente, la gran obra del sexenio.
SIN RAZONES
Aún y cuando hubo quienes presentaron sus respectivos proyectos de viabilidad (económica-financiera) para que PEMEX tomara la decisión “técnica” final. Hubo quienes no hicieron ni siquiera el esfuerzo.
Solo dos lugares tenían posibilidades reales y ambas inician circunstancialmente con “T”, Tuxpan y Tula. Una en Veracruz al norte del país y la otra en Hidalgo, en el centro del país; pero de estas dos opciones, la mejor era, la que ya no será: Tuxpan.
Sigo sin entender por qué las autoridades locales y municipales, y por qué los legisladores de la zona y de la entidad no hicieron su trabajo (político de cabildeo-promoción), ¿será que la zona no necesite de desarrollo económico que detone a la región? ¿Habrán respondido a criterios de desarrollo sustentable, mediando estudios de impacto ambiental? ¿O habrá sido por apatía?¿O de plano fue por una profunda ignorancia? Sólo ellos saben… usted tiene la última palabra.
Aquí vendría bien cuestionarnos hasta cuándo seguiremos apoyando a políticos que sólo responden a sus propios mezquinos intereses y sus aspiraciones del “nabo” ¿Cuál es la agenda de asuntos políticos y sobre cual plan de acción política trabajan nuestros legisladores y gobernantes?
Aún y cuando me resisto a aceptarlo ¿los pueblos tienen los gobiernos que merecen? Transformemos a nuestra incipiente y endeble partidocracia en una democracia participativa; esto es, de ciudadanos responsables, comprometidos y participantes de las decisiones y del rumbo
META TAUTA
¿Y ahora qué?, pues a revivir el proyecto del puerto profundo de Tuxpan como, para ponerlo a competir con los puertos de altura de Altamira, Madero y Veracruz. Proponiendo como ventajas competitivas los menores costos de logística en las mercancías que llegan de Norteamérica, Europa y Sudamérica. Y para que el proyecto sea viable se deberá contar con la carretera México-Tuxpan, que permitirá, en teoría, un viaje de 2 horas y media; así como un ducto de PEMEX. Y quizá, algún proyecto de atracción turística. Se podría extender el parque ribereño desde la dársena hasta el centro. Con inversión privada municipal y estatal, etc., etc.
Sin dejar de insistir en la construcción de alguna otra refinería de las 20 que el país necesita.
Y finalmente insistir en la necesidad de contar con un proyecto de gran visión, (integral, sustentable, incluyente y de largo plazo), que permita al pueblo de Tuxpan definir vocaciones, tomar “control” y rienda de su destino. Una visión compartida que “garantice” viabilidad, desarrollo, crecimiento y sustentabilidad para Tuxpan y la Región.
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