Una mala nutrición, menstruaciones abundantes por problemas ginecológicos (como miomas uterinos o quistes en la matriz), y dietas rigurosas para adelgazar, están entre las principales causas de anemia entre las mujeres.
Esta deficiencia de glóbulos rojos es un problema frecuente entre mujeres en edad reproductiva.
Dijeron que es muy común detectarlo por hallazgo, es decir la paciente acude al médico por otra enfermedad y al hacerle estudios encuentran que tiene déficit de glóbulos rojos. Es la primera causa de consulta hematológica.
La anemia también puede deberse al insuficiente aporte de hierro causado por pequeñas hemorragias a nivel del tubo digestivo, a úlceras o gastritis y por hemorroides de larga evolución, y aunque el sangrado no es tan importante si es continúo por meses o años.
La anemia cuando se manifiesta lo hace con mareos, cansancio crónico, fatiga, palidez palpitaciones, y en caso de ser muy avanzada, hasta con pérdida de la conciencia (desmayo).
Los síntomas pueden no presentarse de inmediato, ya que dependerá de las condiciones de cada paciente y de la cronicidad de la anemia, pues el cuerpo se va adaptando a esta deficiencia de hierro en la sangre.
Hay pacientes con niveles bajos de hemoglobina y no tienen ninguna molestia, lo que depende de la susceptibilidad de cada persona y de su ritmo de vida, quien tiene diversas actividades durante el día y realiza ejercicio será más factible que tenga manifestaciones de la anemia, mientras que si tiene un trabajo de oficina o de tipo sedentario tendrá menos posibilidades de percatarse que la sufre.
Por lo que se recomienda acudir con su nutriólogo en caso de querer bajar de peso y no experimentar dietas, sobre todo en las que se deja de comer, práctica común entre las jovencitas por su deseo de estar delgadas.
Asimismo es importante evitar la comida rápida o chatarra, pues aunque calman el hambre no aportan los nutrientes necesarios y son causa de sobrepeso y obesidad.
La anemia en la mayoría de los casos es prevenible si se mantiene una dieta balanceada, en la que se incluyan los cinco grupos de alimentos: cereales, legumbres y derivados; hortalizas, frutas, semillas: carnes, pescado y huevo, finalmente aceites, grasas y azúcares (estas en menor proporción).
Es importante administrarse un aporte extra de hierro y consumir en mayor cantidad alimentos que contengan ese mineral, como son las verduras, principalmente las de hojas verde oscuro: espinacas, berros, romeros, y el chile; además de los granos como el fríjol, garbanzo y lentejas, entre otros.
Esta deficiencia de glóbulos rojos es un problema frecuente entre mujeres en edad reproductiva.
Dijeron que es muy común detectarlo por hallazgo, es decir la paciente acude al médico por otra enfermedad y al hacerle estudios encuentran que tiene déficit de glóbulos rojos. Es la primera causa de consulta hematológica.
La anemia también puede deberse al insuficiente aporte de hierro causado por pequeñas hemorragias a nivel del tubo digestivo, a úlceras o gastritis y por hemorroides de larga evolución, y aunque el sangrado no es tan importante si es continúo por meses o años.
La anemia cuando se manifiesta lo hace con mareos, cansancio crónico, fatiga, palidez palpitaciones, y en caso de ser muy avanzada, hasta con pérdida de la conciencia (desmayo).
Los síntomas pueden no presentarse de inmediato, ya que dependerá de las condiciones de cada paciente y de la cronicidad de la anemia, pues el cuerpo se va adaptando a esta deficiencia de hierro en la sangre.
Hay pacientes con niveles bajos de hemoglobina y no tienen ninguna molestia, lo que depende de la susceptibilidad de cada persona y de su ritmo de vida, quien tiene diversas actividades durante el día y realiza ejercicio será más factible que tenga manifestaciones de la anemia, mientras que si tiene un trabajo de oficina o de tipo sedentario tendrá menos posibilidades de percatarse que la sufre.
Por lo que se recomienda acudir con su nutriólogo en caso de querer bajar de peso y no experimentar dietas, sobre todo en las que se deja de comer, práctica común entre las jovencitas por su deseo de estar delgadas.
Asimismo es importante evitar la comida rápida o chatarra, pues aunque calman el hambre no aportan los nutrientes necesarios y son causa de sobrepeso y obesidad.
La anemia en la mayoría de los casos es prevenible si se mantiene una dieta balanceada, en la que se incluyan los cinco grupos de alimentos: cereales, legumbres y derivados; hortalizas, frutas, semillas: carnes, pescado y huevo, finalmente aceites, grasas y azúcares (estas en menor proporción).
Es importante administrarse un aporte extra de hierro y consumir en mayor cantidad alimentos que contengan ese mineral, como son las verduras, principalmente las de hojas verde oscuro: espinacas, berros, romeros, y el chile; además de los granos como el fríjol, garbanzo y lentejas, entre otros.
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