La crisis nuclear que vive Japón demuestra, una vez más, que la energía nuclear no es una fuente segura para generar electricidad, denunciaron en Xalapa, las organizaciones Grupo Antinuclear de Madres Veracruzanas, La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA) y Greenpeace.
Han pasado más de tres semanas desde que inició el accidente nuclear de Fukushima y ningún funcionario de la Secretaría de Energía (Sener), Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) ni de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha dado muestras de voluntad para replantear la actual estrategia energética del país y sacar del horizonte a la energía nuclear. Por el contrario, los funcionarios de estas dependencias han reiterado su apoyo a este tipo de energía como la solución al cambio climático.
Los riesgos y accidentes vinculados a la operación de centrales nucleares y a la exploración de petróleo en aguas profundas representan una oportunidad para que México reoriente su política energética e impulse el aprovechamiento masivo de las fuentes de energía renovable, limpia y segura que tienen un gran potencial para desarrollarse en el país. Claudia Gutiérrez de Vivanco, del Grupo Antinuclear de Madres Veracruzanas, explicó que en el caso de la Central Nuclear de Laguna Verde, los dos reactores con que opera ya son viejos, tienen más de 20 años de haberse construido, 21 años de operación comercial y más de 55 paros de emergencia que han repercutido en su vida útil. Son tan vulnerables como las plantas de Japón en su sistema de enfriamiento a base de agua (BWR), que paradójicamente no funciona sin energía eléctrica.
Existe una responsabilidad difusa y diluida entre las diferentes instancias de gobierno respecto al funcionamiento e impacto de Laguna Verde, situación que ha fomentado que dichas instancias se deslinden de compromisos u obligaciones argumentando que no le corresponde solventar los problemas que presenta la planta y que no se hacen públicos.
Por si no fuera suficiente, se está impulsando el proyecto minero de Caballo Blanco a menos de dos kilómetros de la planta nuclear de Laguna Verde, que amenaza con incrementar los riesgos de operación de la central. Guillermo Rodríguez Curiel, de la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA) hizo dos cuestionamientos: ¿qué puede ocurrir si las explosiones para extraer minerales de esta mina afectan las instalaciones de Laguna Verde? ¿Han considerado las autoridades los impactos que puede provocar la sismisidad de las continuas detonaciones en la estructura de la planta y sus reactores? A la fecha se desconoce si existe Manifestación de Impacto Ambiental para este proyecto minero y sus repercuciones en Laguna Verde.
Las organizaciones exigieron a las autoridades de la Secretaría de Energía (Sener) frenar totalmente toda intención de aumentar el número de reactores nucleares en México y que en su lugar se impulse de manera ambiciosa la participación de las fuentes renovables, limpias y seguras de energía como la solar y la eólica.
Fuente: Greenpeace...
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