sábado, 19 de julio de 2008

DELINCUENCIA ORGANIZADA MUNICIPAL...



Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com


Parecerá exagerado nombrarlos de esa manera pero vistos los hechos bien se puede decir que la mayoría de los cabildos veracruzanos son una especie de células de la delincuencia organizada. Se la pasan entre el ocio y la ocurrencia, viendo como van a exprimir el presupuesto y sin poner sobre la mesa, de cara a la ciudadanía, un proyecto de municipio. En esta conducta es difícil encontrar excepciones partidarias, prácticamente todos los colores le entran alegremente al mordisqueo de los recursos públicos. No siempre fue así, antes no había dinero en los Ayuntamientos, el cual llegó con mucha fuerza a partir de 1997 y ha incrementado sus montos en los últimos cuatro años.

Salvo cuestiones de personalidad porque ya sabemos que el poder marea a los inteligentes y los hace buenos y bonitos, casi todos los conflictos que de norte a sur se viven en los municipios veracruzanos tienen que ver con dinero, es decir, el reparto del botín. Un apretado recuento de conflictos en los Ayuntamientos nos permite revisar la lista de los casos más sonados: en Álamo el choque es entre la presidenta y el diputado local, en Tuxpan al parecer todo viene del elitismo del presidente, en Poza Rica el conflicto es entre el presidente y el síndico, en Colipa y Puente Nacional el problema es por el despido de trabajadores, en el Puerto de Veracruz el presidente se va de vacaciones a 6 meses de trabajo, en Boca del Río el choque es de bipartidismo, un poco parecido es el caso de Alvarado con el agravante del escandaloso nepotismo, en Tlacotalpan hay inconformidad popular, mientras que en Cosoleacaque se pretende seguir con el modelo caciquil. Por supuesto que existen otros casos de los que no tardaremos en estar bien enterados. Por cierto, que pena lo que pasa en el municipio de Alvarado, lugar emblemático de nuestro estado, donde han tenido el fatalismo de padecer presidentes de folklor y saqueo, recuérdese la historia del “entierradespensas”.

Son las Leyes y las Instituciones, cuando funcionen democráticamente, las que deben hacerse cargo de controlar y castigar los excesos que a la vista de todos ocurren en los municipios jarochos. Son un desafío y pendiente para el ORFIS y el Congreso del Estado. Mientras vemos resultados y pasamos de la simulación lo que nos queda es alentar la participación ciudadana para que denuncien, supervisen y exijan cuentas a las pretenciosas autoridades municipales.

Ante los sinsabores que nos deja el mal gobierno de ediles mediocres y ladrones es fácil augurar que seguiremos asistiendo a la alternancia permanente en nuestros municipios; esto es, que no permanecerán por mucho tiempo ayuntamientos surgidos de las filas de un mismo partido, sino que se irán intercalando en el ánimo de la gente de acuerdo a sus resultados que, por lo que se ve, van a ser de regulares a malos. El control actual de un partido sobre los cabildos no garantiza mecánicamente un apoyo mayoritario para su mismo color en la elección de gobernadores. Un paso en falso, una mala elección y la competencia de personas atractivas pueden volver un desastre cualquier vaticinio que se quiera hacer desde ahora.

Como en el anuncio a los presidentes municipales hay que preguntarles sobre las camionetotas.

Recadito: Vamos a votar el próximo 27 de julio en la Consulta Nacional sobre la Reforma Petrolera.

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