Sobrepoblación, impide la rehabilitación de los internos en el CERESO

Orlando Segura Hervert.
Sobrepoblación, hacinamiento, políticas claras, son las que impiden una correcta rehabilitación de los internos, no hay normas claras para separar a los enfermos de SIDA, tan es así que recientemente un interno de Poza Rica, Bernardino Reyes López de 58 años de edad, murió de este mal en el hospital civil “Dr. Emilio Alcazar”, un hecho lamentable que comienza a mostrar las condiciones de salud que se viven en los CERESOS, el penal de Tuxpan no es la excepción, también padece los tiempos de austeridad.
Fuentes internas explicaron que ahora, se tendrá que implementar medidas para detectar el nivel de contagio, respetando los derechos humanos de cada uno de los ahí recluidos, señalaron que de otra manera, la llamada pandemia del siglo, se convertirá en una catástrofe para quienes tienen que convivir, no solo los que están presos, sino también los que prestan sus servicios laborales, en este tipo de cárceles ubicadas en distintos puntos del territorio veracruzano.
A pesar de los grandes avances de la ciencia, el VIH en su fase terminal es incurable, algunos medicamentos solo pueden retrasar y dar mejor vida a los pacientes, pero al final, el desenlace será fatal. Ante tal panorama, solo queda aplicar medidas preventivas, informativas, conocer sobre el tema, eliminar tabús, desarrollar un sistema de revisión periódica, lo que implica mayores recursos, que no existen en el manejo de los Centros de Rehabilitación Social. Tal cuestión, complica el adecuado funcionamiento de este espacio en el que acuden infinidad de familias, sobre todo los fines de semana, y los días de visitas permitidos.

Esta mañana se trató de entrevistar al Director del CERESO aquí en Tuxpan, Fernando Lara Serrano, en una primera instancia aseguraron que ahí estaba en su oficina, posteriormente al saber el rigor de las preguntas y el carácter de la visita, los custodios argumentaron que se encontraba en Coatzacoalcos, en una reunión de trabajo, no quieren ventilar las consecuencias de una enfermedad delicada como la anteriormente descrita, ni los posibles focos de contagio, no desean entrar en detalles del número de infectados, a todas luces es un asunto reservado al que los funcionarios prefieren evadir.