Extracto del documento Exposición de Motivos para una Nueva Cosntitución Social, enviado a Vaxtuxpan por el Lic. José Alfredo Loredo Zárate (constitucionsocialnacional@yahoo.com.mx), desde San Luis Potosí, S.L.P.
La “Demarquía” (en inglés: Demarchy) es un término acuñado por el filósofo australiano John Burnheim para describir un sistema político sin Estado o burocracia.
En su lugar, este sistema político se basaría en “grupos de decisores elegidos aleatoriamentes”. Estos grupos, a los que llama "jurados políticos" (policy juries), "jurados de ciudadanos" (citizens' juries) o "Conferencias de consenso" (Consensus Conferences), deliberarían y tomarían decisiones sobre políticas públicas del mismo modo que los jurados alcanzan veredictos en los casos judiciales.
La “demarquía” intenta superar algunos de los problemas funcionales de las “democracias representativas” convencionales, que en la práctica han estado sujetas a la manipulación por parte de intereses especiales y que plantean una división entre políticos profesionales (incluyendo en esta categoría a quienes forman parte de los grupos de interés o lobbies) y un electorado básicamente pasivo, descomprometido, no muy implicado y a menudo desinformado. Según Burnheim, la elección aleatoria de los decisores de las políticas haría más fácil al común de los ciudadanos el participar de modo significativo y dificultaría a quienes tienen intereses especiales el corromper el proceso. La democracia ateniense tenía elementos similares a los de la demarquía propuesta por Burnheim, ya que la mayor parte de los cargos eran elegidos por sorteo.
El “sorteo aleatorio demárquico” es considerado el estrado más alto de la democracia, por él se elude la delegación manifiestamente expresa de la “soberanía” por la vía de la voluntad electoral; permite dejar intocables los caracteres de esencialidad, residencialidad y originalidad de la autoridad; elude la lucha de intereses por el poder de las diversas clases sociales y los costosos procesos comiciales del Sistema de Partidos Políticos. Se trata de un sistema abierto, universal, libre, secreto, indirecto; impera la “indistinción”, permite erradicar las incidencias erráticas de la “democracia representativa”. El carácter indirecto permite preservar la “supremacía soberana” de cada individuo; por su carácter universal, queda garantizado el derecho a la participación de todos los individuos soberanos que integran un pueblo, en suma, asegurada la inclusión de todos los individuos en el proyecto democrático de nación.
La “república representativa” que se construye por la vía del “sistema de partidos”, es enteramente discriminatoria de quien no milita en un instituto político en cambio, la “república demárquica” se fortalece el principio de “igualdad” que es el origen del Estado, así, el fallo dependerá de la suerte, del azar; desaparece el ingrediente “discriminación”, y el defecto humano de la “ambición” del candidato y del elector; ese dictamen aleatorio no estará sujeto a la injerencia de la voluntad perniciosa o perversa de los individuos.
El “sorteo aleatorio demárquico” es considerado el estrado más alto de la democracia, por él se elude la delegación manifiestamente expresa de la “soberanía” por la vía de la voluntad electoral; permite dejar intocables los caracteres de esencialidad, residencialidad y originalidad de la autoridad; elude la lucha de intereses por el poder de las diversas clases sociales y los costosos procesos comiciales del Sistema de Partidos Políticos. Se trata de un sistema abierto, universal, libre, secreto, indirecto; impera la “indistinción”, permite erradicar las incidencias erráticas de la “democracia representativa”. El carácter indirecto permite preservar la “supremacía soberana” de cada individuo; por su carácter universal, queda garantizado el derecho a la participación de todos los individuos soberanos que integran un pueblo, en suma, asegurada la inclusión de todos los individuos en el proyecto democrático de nación.
La “república representativa” que se construye por la vía del “sistema de partidos”, es enteramente discriminatoria de quien no milita en un instituto político en cambio, la “república demárquica” se fortalece el principio de “igualdad” que es el origen del Estado, así, el fallo dependerá de la suerte, del azar; desaparece el ingrediente “discriminación”, y el defecto humano de la “ambición” del candidato y del elector; ese dictamen aleatorio no estará sujeto a la injerencia de la voluntad perniciosa o perversa de los individuos.
¿SERÁ LA DEMARQUÍA LA SOLUCIÓN POLÍTICA QUE MÉXICO NECESITA?
¿TE GUSTARÍA QUE TE ELIGIERAN MIEMBRO DE UN CONSEJO CIUDADANO QUE DECIDA EN QUE OBRAS PÚBLICAS SE VA A INVERTIR EL PRESUPUESTO PÚBLICO?
¿NECESITAMOS UNA NUEVA CONSTITUCIÓN QUE, EN VEZ DE REGULAR LAS RELACIONES DE PODER, SE OCUPE DE RESOLVER LOS PROBLEMAS SOCIALES?
Yo opino que sí.
¿Y tu?
Hasta la próxima.
Lic. Imelda Torres Sandoval
2 comentarios:
Muy interesante su publicación. Entiendo que lo publicó en el año 2009... y cada día que ha pasado desde aquella fecha, con más velocidad nos acercamos a este sistema de gobierno. La tecnología permitirá que así sea. Desde ahora estaré pendiente de sus publicaciones. Esta es la primera que deberé leer con calma. Estoy seguro que estaremos en contacto.
Me encantó, Imelda. Fui a la Wikipedia a buscar "Demarquía" (febrero 2015) y no sólo me iluestré de cosas que no sabía, sino que noté que hay mucha gente que piensa como tú. Muchas gracias.
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