ESCENARIOS...
Luis Velázquez
I
El primero de julio, al filo de las dos de la tarde, el subsecretario de Desarrollo Económico, el expanista Baruch Barrera, tomó asiento en una mesa del restaurante “La mera madre”.
Con unas maletas repletas de billetes y una lista de la población electoral en el distrito jarocho, desde ahí Baruch Barrera, exdiputado federal, sintió que operaría con eficacia la victoria electoral para el partido tricolor.
Así, él mismo y sus auxiliares operaron llamadas telefónicas y despacharon audiencia citada con anterioridad.
Y a la audiencia lo mismo llegaron militantes priistas que panistas, pues aun cuando renunció al PAN cuando le dieron calabazas con la candidatura a la alcaldía, mantiene relaciones y contactos con el partido azul (lo que, por otro lado, sería su fuerte político ante la elite próspera).
El objetivo era uno solo: asegurar el triunfo de Oliver Aguilar Yunes en el distrito que incluye en un 48 por ciento Boca del Río y el 52 por ciento restante el puerto jarocho.
Viento en popa el proyecto, Baruch reportaba a su jefe el éxito del operativo.
De pronto, a las 3 de la tarde los vientos anunciaron un desastre.
II
A esa hora más o menos, los marinos que forman parte del programa“Veracruz seguro” le cayeron encima a Baruch Barrera.
Ellos habían recibido la denuncia telefónica de que un mapache priista repartía billete comprando el voto en el restaurante ubicado en el bulevar, donde se ha concentrado el desarrollo económico y turístico.
Y mientras fueron peras o manzanas, Baruch Barrera fue detenido y trasladado a la inspección de policía en la colonia Playa Linda, en el norte de la ciudad jarocha.
Y por más pataleos verbales que disparaba, los marinos y los policías se mantuvieron firmes en su decisión.
Baruch Barrera miró en su reloj las tres, las cuatro, las cinco, las seis y las siete de la noche.
Y él continuaba en las mazmorras de Playa Linda.
III
Al filo de las 7 de la noche, el subsecretario de Desarrollo Económico del sexenio próspero suspiró feliz y tranquilo cuando la puerta de la celda se abría.
Un marino le notificó que estaba libre.
Incluso, le dijo que lo llevarían a su domicilio particular.
Sin ningún expediente levantado.
Sin ninguna denuncia ante la Fepade.
Los marinos custodiaron a Baruch Barrera a su casa.
IV
El hecho noticioso, ni hablar, trascendió y fue publicado en una parte de la prensa local y hasta se reprodujo en uno que otro portal digital.
Al día siguiente, la vocera envió un boletín a la prensa jarocha rechazando la privación de la libertad del subsecretario de Desarrollo Económico, el segundo de Erick Porres Blesa…
El panista que fuera expulsado del gabinete federal por malos antecedentes en la Secretaría de Salud.
El diputado federal que cobijado en la impunidad pretendió encarcelar a los periodistas Andrés Timoteo y Oved Contreras, utilizando, incluso, a otros reporteros asalariados, domesticados y sumisos a sus órdenes que le manejaban “su prensa”.
Pero el daño ya estaba consumado.
Por un lado, los marinos que lo detuvieron y encerraron en las crujías policiacas de Playa Linda; por el otro, el madrazo mediático.
V
Ha quedado pendiente esclarecer la cantidad millonaria que Baruch Barrera tenía disponible para repartir la billetiza y comprar sufragios el día de la elección.
Y más, mucho más, porque en el semanario Proceso publican que los estados de Veracruz y México se llevaron el récord Guiness en la subasta de votos, llegando a la indecencia electoral.
El joven Baruch, aquel que en el capítulo panista de su vida apostaba su destino a Margarita Zavala de Calderón, es apenas la punta del iceberg en el desaseo electoral de Veracruz.
Y más porque con todo y el (presunto) gasto millonario, Enrique Peña Nieto perdió la elección presidencial en Veracruz, como lo había detectado el CEN del PRI.
POSDATA:Más información en el blog.expediente.mx
I
El primero de julio, al filo de las dos de la tarde, el subsecretario de Desarrollo Económico, el expanista Baruch Barrera, tomó asiento en una mesa del restaurante “La mera madre”.
Con unas maletas repletas de billetes y una lista de la población electoral en el distrito jarocho, desde ahí Baruch Barrera, exdiputado federal, sintió que operaría con eficacia la victoria electoral para el partido tricolor.
Así, él mismo y sus auxiliares operaron llamadas telefónicas y despacharon audiencia citada con anterioridad.
Y a la audiencia lo mismo llegaron militantes priistas que panistas, pues aun cuando renunció al PAN cuando le dieron calabazas con la candidatura a la alcaldía, mantiene relaciones y contactos con el partido azul (lo que, por otro lado, sería su fuerte político ante la elite próspera).
El objetivo era uno solo: asegurar el triunfo de Oliver Aguilar Yunes en el distrito que incluye en un 48 por ciento Boca del Río y el 52 por ciento restante el puerto jarocho.
Viento en popa el proyecto, Baruch reportaba a su jefe el éxito del operativo.
De pronto, a las 3 de la tarde los vientos anunciaron un desastre.
II
A esa hora más o menos, los marinos que forman parte del programa“Veracruz seguro” le cayeron encima a Baruch Barrera.
Ellos habían recibido la denuncia telefónica de que un mapache priista repartía billete comprando el voto en el restaurante ubicado en el bulevar, donde se ha concentrado el desarrollo económico y turístico.
Y mientras fueron peras o manzanas, Baruch Barrera fue detenido y trasladado a la inspección de policía en la colonia Playa Linda, en el norte de la ciudad jarocha.
Y por más pataleos verbales que disparaba, los marinos y los policías se mantuvieron firmes en su decisión.
Baruch Barrera miró en su reloj las tres, las cuatro, las cinco, las seis y las siete de la noche.
Y él continuaba en las mazmorras de Playa Linda.
III
Al filo de las 7 de la noche, el subsecretario de Desarrollo Económico del sexenio próspero suspiró feliz y tranquilo cuando la puerta de la celda se abría.
Un marino le notificó que estaba libre.
Incluso, le dijo que lo llevarían a su domicilio particular.
Sin ningún expediente levantado.
Sin ninguna denuncia ante la Fepade.
Los marinos custodiaron a Baruch Barrera a su casa.
IV
El hecho noticioso, ni hablar, trascendió y fue publicado en una parte de la prensa local y hasta se reprodujo en uno que otro portal digital.
Al día siguiente, la vocera envió un boletín a la prensa jarocha rechazando la privación de la libertad del subsecretario de Desarrollo Económico, el segundo de Erick Porres Blesa…
El panista que fuera expulsado del gabinete federal por malos antecedentes en la Secretaría de Salud.
El diputado federal que cobijado en la impunidad pretendió encarcelar a los periodistas Andrés Timoteo y Oved Contreras, utilizando, incluso, a otros reporteros asalariados, domesticados y sumisos a sus órdenes que le manejaban “su prensa”.
Pero el daño ya estaba consumado.
Por un lado, los marinos que lo detuvieron y encerraron en las crujías policiacas de Playa Linda; por el otro, el madrazo mediático.
V
Ha quedado pendiente esclarecer la cantidad millonaria que Baruch Barrera tenía disponible para repartir la billetiza y comprar sufragios el día de la elección.
Y más, mucho más, porque en el semanario Proceso publican que los estados de Veracruz y México se llevaron el récord Guiness en la subasta de votos, llegando a la indecencia electoral.
El joven Baruch, aquel que en el capítulo panista de su vida apostaba su destino a Margarita Zavala de Calderón, es apenas la punta del iceberg en el desaseo electoral de Veracruz.
Y más porque con todo y el (presunto) gasto millonario, Enrique Peña Nieto perdió la elección presidencial en Veracruz, como lo había detectado el CEN del PRI.
POSDATA:Más información en el blog.expediente.mx
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