lunes, 15 de agosto de 2016

Arreglando el mundo un gadget a la vez

Blogpost por iFixit* 
Como la mayoría de la gente, no voy a ningún lado sin mi teléfono. En la mañana me despierto gracias a su alarma. Durante el día, vive entre mi oído, mi mano y mi bolsillo. En la noche, cazo pokemones antes de dejarlo en el buró al lado de mi cama. Mi teléfono es mi reproductor de música, mi cámara y mi GPS, todo en uno.

Más que por conveniencia, creo que la tecnología es una fuerza para hacer un bien al mundo. Hace que nuestra vida sea mejor. Pero sé que hay un costo por la innovación que va más allá del dinero.

He pasado una década enseñando a la gente a reparar sus electrónicos, cosas como smartphones, computadoras y tablets. Lo hago porque, aunque amamos nuestros aparatos, los tratamos como desechables: Cosas que podemos usar, tirar y comprar de nuevo sin esfuerzo.

En Estados Unidos, la gente cambia de celular como de pantalones de mezclilla, compra un nuevo smartphone cada 24 meses. Una buena laptop puede ser usada por más de cinco años, pero la batería sólo dura dos. Un estudio reciente realizado por la Agencia Ambiental Alemana encontró que la vida útil de los electrónicos se está haciendo más corta. ¿Por qué? Porque las cosas se rompen más rápido, nos cansamos de ellas y tenemos la urgencia por cambiarlas antes de que sea necesario.

Hay un gran problema

Teléfonos, laptops, tablets y televisiones se hacen cada vez más delgados pero son de los productos que necesitan más energía y recursos para producirse. Producir uno solo de sus microchips requiere 2,200 galones de agua y una computadora tiene docenas de chips.

40 de los 118 elementos en la tabla periódica pueden ser encontrados en los electrónicos.

Esos son 40 recursos naturales que tienen que ser sacados de la tierra, frecuentemente de regiones con medidas ambientales cuestionables y con poca protección para los trabajadores. Todo por los gadgets que usamos un par de años antes de tirarlos.

Y sí tiramos toneladas de electrónicos. Literalmente. En 2012, el mundo produjo 48.9 millones métricos de toneladas de desechos electrónicos.

Eso es 43 libras por cada persona en la tierra. Para el próximo año, las Naciones Unidas esperan que la cifra de e-waste termine hasta en 65.4 millones de toneladas, un incremento del 33%.

El e-waste se expande como una epidemia

Reciclar es parte de las soluciones pero no es la respuesta. Los electrónicos son demasiado complejos para deshacer. Con mucho esfuerzo se logra recuperar el 20% del celular durante el reciclado. No importa qué tan “verdes” se hagan ver las compañías electrónicas, ninguna de ellas puede convertir un celular “viejo” en uno nuevo.

El electrónico “más verde” es el que ya tienes.

Reparar los electrónicos hace que la tecnología sea una parte más sustentable de nuestras vidas. Arreglar cosas y reutilizarlas hace que el impacto ambiental de nuestras cosas sea menos pues asegura que nuestros aparatos puedan tener una segunda, tercera o hasta cuarta vida, sin los costos de la producción o el reciclado.

Comprar más cosas tampoco es la respuesta. Cada vez que alguien repara su teléfono en lugar de cambiarlo por uno nuevo, se produce un teléfono menos. Cada que alguien abre su laptop y cambia la batería está haciendo algo tangible para reducir el e-waste. Cada vez que alguien desempolva una vieja PC, saca los componentes y los dona, está asegurándose de que alguien más se beneficie de la tecnología.

My compañía “iFixit” ayuda a millones de personas alrededor del mundo a arreglar sus cosas gratuitamente cada año. Es muy común que la gente a la que le enseñamos a reemplazar la pantalla de su iPhone o la batería muerta de su Kindle nunca haya reparado algo antes en su vida. Están nerviosos de abrir sus gadgets. Les preocupa arruinar algo, les preocupa no poder arreglar sus propios electrónicos.

Pero sí pueden. Y lo hacen. He visto mamás arreglar los iPhones de sus hijos y he visto a esos niños arreglar la computadora de sus abuelos. Esa experiencia, arreglar algo que estaba descompuesto, es increíblemente empoderador.

Porque abrir un artefacto quiere decir que estás reescribiendo la relación que tienes con tus cosas. Ya no eres sólo un consumidor. Eres algo más, algo diferente. Eres algo mejor, eres un “arreglador”. Y estás armado con un destornillador y un manual de reparación, puedes arreglar el mundo un artefacto descompuesto a la vez.

¿Quieres empezar a arreglar cosas? Aquí hay tres cosas básicas que puedes hacer:


Busca electrónicos en tu basura. Por estadística, la gente guarda alrededor de 15 millones de miles de gadgets sin usar en sus clósets y en cajones. Incluso los gadgets que ni siquiera prenden pueden funcionar si les cambias la batería. Puede ser más fácil y barato de lo que crees. Si funciona, puedes regalarlo a alguien, o venderlo.


Mejora tu computadora. No necesariamente significa comprar algo nuevo. Si tu computadora empieza a ponerse lenta, hazle un chequeo. Una nueva batería, más memoria o tal vez otro disco duro harán que funcione como nueva.


Compra productos reparables. Todo se descompone eventualmente y es bueno que consideres los tiempos de durabilidad y si son fáciles de reparar en tus decisiones de compra. No compres electrónicos que están diseñados para ser desechables. Busca productos a los que puedas reemplazarles la batería, cambiarle partes o instalarles las nuevas versiones.

Ve nuestros tutoriales para arreglar tu celular aquí: 







*iFixit es una comunidad online de reparación internacional. Este artículo es una colaboración de Kyle Wiens, el fundador y CEO de iFixit para promover la importancia de reparar y reciclar para cambiar el modelo de producción de la industria de electrónicos. 
Fuente: Greenpeace

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